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Una bola de fuego atraviesa la península y se deja ver sobre la Comunidad

El cielo encapotado dificulta la observación del cuerpo celeste, que cruzó el firmamento ayer

Una bola de fuego atraviesa la península y se deja ver sobre la Comunidad

Aunque cada año caen unos 500 bólidos en la Península Ibérica, casos como el de ayer son excepcionales. A primera hora de la mañana, en torno a las 7 horas, observadores de todo el arco mediterráneo sobre todo Cataluña pero también testigos del norte de Castellón vieron cruzar el cielo un objeto que dejaba tras de sí una estela de humo rosa y blanco. Se trataba de un bólido, un cuerpo celeste que se desintegra al entrar en la atmósfera y normalmente no llega a tocar el suelo.

Los cielos encapotados que cubrieron ayer durante todo el día buena parte del interior de la Comunidad dificultaron la observación del bólido, también llamado bola de fuego. El Observatorio de Aras de los Olmos, adscrito a la Universitat de València, lamentó ayer la presencia de nubes sobre el interior de Valencia que impidieron observar el fenómeno. No fue así en Cataluña, donde decenas de testigos compartieron por las redes sociales imágenes del bólido. Según la Red Española de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos, cuyo listado lleva al día el astrónomo valenciano Josep M. Trigo, científico titular del Grupo de Meteoritos, Cuerpos Menores y Ciencias Planetarias del Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC-IEEC), el bólido pudo ser observado además en Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Madrid y Extremadura.

Relación con el RC 2014

Aún está por determinar si el fenómeno de ayer guarda alguna relación con el acercamiento a la Tierra del asteroide RC 2014asteroide, que en la tarde de ayer rozó, en términos espaciales, el planeta: y pasó a unos 40.000 kilómetros. El asteroide que más cerca ha pasado de la Tierra se acercó hasta 27.000 kilómetros de distancia. Según José Valero, presidente de la Asociación Valenciana de Astronomía, «es pronto para saber si tiene alguna relación, aunque podría venir de cualquier parte: la cola de un cometa, el cinturón de asteroides...».

Lo que sí está claro para Valero es que bólidos como el de ayer, relativamente comunes aunque no sean tan visibles, no entrañan ningún riesgo para las personas.

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