Elogio y refutación

Domingo, 31/08/2014. Libro: Elogio de la ociosidad y otros ensayos. Autor: Bertrand Russell. Editorial: Edhasa.

Anoche salí. La primera vez en 2014, que yo recuerde. Salí. Y salí mucho. Tanto, que no veía la manera de entrar. S. celebró su 40 cumpleaños y organizó una cena con alrededor de 50 amigos que, para mí, empezó a las 8 de la tarde y acabó a las 8 de la mañana. En mi siempre endeble voluntad estaba el propósito de estar a la una en casa y disfrutar en el mar de mi último día de vacaciones. Me lo bebí todo y me fumé lo mismo. Y, así, después de un mes viajando, leyendo, buscando la paz y el sosiego y todo ese jaleo, en tan solo doce horas, he vuelto al sitio del que partí. Hoy arranca la 2ª temporada de este diario. Y me pilla como me pilla. Con la cabeza en Boston y los pies en California. Ay. A lo más que he llegado ha sido a releer unas divertidas y estimulantes páginas de Russell sobre el valor del trabajo y el tiempo de ocio.

(Nota mental: releer las entregas de la primera temporada de este diario. Con la intención de, en lo posible, no repetir ideas o hechos de forma innecesaria. Aún a riesgo de encontrarme con erratas, errores de sintaxis y delitos aún mayores que, a buen seguro, me resultarán descorazonadores.)

Navegando

Lunes, 01/09/2014. Cine documental. Eames: El arquitecto y la pintora. Directores: Jason Cohn, Bill Jersey. VOSE. Filmin.

No menos de tres horas he pasado frente a la pantalla del ordenador para intentar trazar un mapa de las actividades culturales que se van a desarrollar en la provincia durante las próximas semanas. El resultado ha sido profundamente desmotivador. Aún hay quien, tras tres meses sin actividad, no se ha tomado la molestia de retirar como novedad actuaciones desarrolladas dos trimestres atrás. En fin. La ausencia de metodología parece ser el método más usado. Y la falta de planificación el único plan posible. Visto lo visto -es decir: no habiendo visto nada- solo cabe esperar. Finalmente me he quedado en casa a ver este documental. Soy fan de los Eames, muchas de cuyas creaciones hoy produce la firma Vitra. El filme no es gran cosa. Aporta datos que desconocía e imágenes de archivo que siempre resultan interesantes. Pero el ritmo narrativo queda permanentemente interrumpido por testimonios que, en muchos casos, encuentro prescindibles.

(Nota mental: intentar describir de forma sucinta en próximas entregas el actual estado de cosas en la gestión y difusión de las actividades culturales que se programan en la provincia de Alicante.)

Laboratorio

Martes, 02/09/2014. La Lonja del Pescado, Alicante. Ciclo: Arte último 21 días. Exposición: A qué hora sale la luna. Artista: Aurelia Masanet. Entrada libre.

Afuera, todo ardía. Un aire caliente y usado. Y una luz cegadora que incriminaba a las personas y a las cosas. Quizá, por eso, he necesitado más de 10 minutos para aclimatar mis sentidos a la sala. Y, poco a poco, la obra se me ha hecho perceptible. Cuando he llegado a casa y he revisado las fotografías que había hecho, ninguna reflejaba mínimamente la calidad de la muestra. Me ha gustado tanto que voy a volver.

(Nota mental: tener una breve aunque productiva reunión conmigo mismo. A ser posible en un lugar fresco y ventilado. E intentar, cosa poco probable, alcanzar algún tipo de acuerdo que me permita darle sentido y sensibilidad a este diario).

Camas

Miércoles, 03/09/2014. Galería Aural, Alicante. Exposición: Somewhere close to anywhere but here. Artista: Armando Miguélez. Entrada libre. Parking: 4,50 euros.

He pasado la tarde con D. Hemos comido juntos y después de tomar café en una terraza, nos hemos acercado a saludar a Begoña y ver la exposición que actualmente se exhibe en la galería. Interesante, cuanto menos. Una muestra que precisa una especial atención. Un tiempo suficiente para leer con calma los textos -en inglés y en español- que acompañan a la imágenes. Para, posteriormente, prescindir de la secuencia y, como espectador, elaborar tu propia narrativa.

(Nota mental: intentar hablar menos. Y, en el caso de que esto no sea posible, al menos, hacerlo de forma coordinada con la respiración con el objeto de evitar un más que probable ataque de asfixia.)

Cary

Jueves, 04/09/2014. Libro: Cary Grant, biografía. Autor: Marc Eliot. Editorial: Lumen. Precio: 21, 90 euros.

Si alguien me preguntase cuál es mi actor favorito de la historia del cine, probablemente respondería que Cary Grant. Si alguien me formulase la misma pregunta cinco minutos después, la respuesta probablemente sería otra: James Stewart o Henry Fonda, por ejemplo. Y tan solo diez minutos después, recordaría a alguien que primaría sobre los tres ya citados. Pasadas dos horas la lista sería interminable, el conflicto terminaría por superarme y me vería obligado a abandonar. De lo que no me cabe duda es de que mi gusto se decanta claramente hacía aquellos actores o actrices entre cuyos méritos no se encuentran engordar 40 kilos o encerrarse en una prisión de alta seguridad para preparar un papel. Hay quien sostiene que Grant interpretó siempre el mismo papel. Lo que resultó siempre o casi siempre fue creíble. Sin la necesidad de alterar su elegante y atildado aspecto. En el drama, en la comedia o en el cine de suspense. Su vida fue otra cosa. Tacaño, depresivo, bisexual y profundamente taimado por una trágica infancia; absurdamente enamoradizo y frágil aunque rebelde y audaz frente a la exigencia de los estudios. Alcohólico a tiempo parcial y consumidor de LSD, pero también comprometido en la defensa de aquellos amigos -Chaplin o Ingrid Bergman- a los que quería y admiraba. Si algún pero tiene este libro, es el estricto paralelismo que establece entre su filmografía y su vida. No permitiendo una cierta digresión que favorecería el resultado final. Por lo demás, resulta más que solvente.

(Nota mental: ponerme en contacto con los responsables del Cine Club Luis Buñuel de Elche y valorar la posibilidad de volver a inscribirme como socio.)

Japón

Viernes, 05/09/2014. Mistos, Alicante. Exposición fotográfica: Japón, caos calmo. Artista: María López. Entrada libre.

El tiempo que te quede libre/si te es posible/dedícalo a mí. De las muchas versiones registradas de este bolero, aún hoy, prefiero la de la gran María Dolores Pradera. Yo cambio el pronombre personal y me lo susurro, me lo tarareo y, si es necesario, me lo canto a voz en grito: el tiempo que te quede libre, si te es posible, dedícalo a ti. Y no es que cante bien, no. Canto peor que mal. Cuando paso más de dos horas sin hablar, la voz, cansada de esperarme, se repliega hacia lo más hondo y, cuando vuelve, suena como si se hubiese dado un baño en cazalla. El objeto de este mantra, de esta repetición, no es otro que recordarme qué hago aquí. Que no es otra cosa que buscar el gozo sin el cual mi vida sólo sería una retahíla de compromisos y obligaciones. Aunque el clima no acompañaba -la humedad y el sofoco me han estado martirizando durante toda la tarde-, hoy me he obligado a visitar la exposición de María López. Es técnicamente impecable. Y entre sus muchos hallazgos, resalto uno: una serie de fotografías tomadas a desconocidos que aparecen de espaldas camino de no se sabe dónde que desprenden una gran carga poética.

(Nota mental: hacerme una lista de propósitos para el nuevo curso. Incluir, entre ellos, no dejarlo todo para pasado mañana. Y esperar que, en algo, este diario salga beneficiado.) (Nota mental: dejarme ya de notas.)