Mar es el optimismo personificado. Hace un par de años padeció un cáncer de tiroides y sobrevive ilesa a un accidente de tráfico en dónde su coche dio 4 vueltas de campana: “Salí por mi propio pie, como si nada hubiese pasado. Aún no entiendo que pasó, quedaban 10kms para llegar a mi destino, cuando de repente me ‘despierto’ saliendo del coche destrozado y preguntándome qué había pasado. Si la vida son dos días, yo ya voy por el tercero (se ríe)”.

Estas dos vivencias son las que le ayudan a tomar perspectiva de su vida y actuar de forma más comprometida con sus metas: “He perdido amigos muy importantes de los que aprendí que hay hechos que te van dando pistas de lo que va a pasar, que te preparan para sacar la fuerza que crees no tener para enfrentarte de la mejor forma posible, cara a cara. Te das cuenta de que lo que tengas que hacer, hazlo hoy, no pierdas el tiempo en cosas que no te apasionan o que no te llenan. Si no estás contento con algo de tu vida, cámbialo. Tal vez no lo quieras ver, pero hay determinados puntos que te van diciendo dónde debes ir. Cuando algo se aleja de tu fin párate y piensa si ese es el camino adecuado; y de no serlo, no postergues las decisiones del cambio”.

Mar nos habla de su pasión por estudiar: “Desde pequeña me llena, me apasiona. He estudiado las tres modalidades de bachillerato (Ciencias, Letras y Artístico), siendo el de la rama de Arte el último, tras el cual decido que quiero enfocar todos mis esfuerzos hacia la Psicología, y seguir en la rama artística como hobby”.

Termina estudiando Psicología siguiendo una figura que siempre le acompaña como gran ejemplo: “al terminar la carrera mi tutora de prácticas me permite estar cara a cara con los pacientes, con una duración mayor de lo estipulada, y con los pacientes pidiéndome que me quedara”. Al mismo tiempo comienza a descubrir el mundo de investigación en psicología, gracias a un gran profesional, y empieza a hacer cosas que no había hecho antes: “exponer trabajos, dar conferencias sobre casos clínicos, proyectos a pequeña escala, presentar cositas... Me es muy gratificante”. Desde entonces, mi mundo son mis pacientes.

Finalmente decide estudiar el PIR pero un profesor la disuade para que redirija su objetivo hacia el doctorado en su lugar, y en ello se encuentra, finalizando un Máster con este fin.

Prosigue su formación y reciclaje en diferentes cursos y Universidades. Así, hace un par de meses en Madrid, cuenta que iba todos los días a desayunar a la misma cafetería, y que el último día, cuando fue a pedir el último desayuno, la camarera le dijo: “nadie en Madrid ha venido todos los días con una sonrisa en la boca como tú lo has hecho, es muy difícil…”, algo que dice haberle dado “mucha satisfacción. No todos los días son maravillosos, pero nadie se merece verte con el entrecejo fruncido. Me alegró poder transmitir algo, si la gente al verme sonríe… ha tenido un buen fin.

Del mismo modo, lo que más me gusta y me llena es darle el alta a un paciente. Saber que le has ayudado a estar mejor, no hay nada como eso. De hecho, el enfoque de mi tesis perseguirá esto mismo: ¿qué podemos hacer para que algo negativo se convierta en positivo?”.

En el futuro se ve como docente: “Me encanta poder ayudar a la gente a formarse y transmitir la pasión para llegar a ser lo que quieren ser. Que no te asuste el tiempo, el esfuerzo o la edad, nunca es tarde. Tampoco dejaría, jamás, la psicología clínica. Poder proporcionar las herramientas necesarias a una persona para que aprenda a gestionar adecuadamente su vida, esa es la magia de mi trabajo. Ese es el trasfondo de mi profesión”.

“Sonrío porque estoy viva, porque me gusta disfrutar de los pequeños detalles que me da la vida, dejando que me sorprenda a cada paso: el color de las flores de un jardín, sentir la lluvia caer en mi cara… Me gusta darme cuenta que estoy viva, los golpes que te da la vida sirven como recordatorio: ‘no te olvides de que estás viva’. Me encanta que la vida me sorprenda, para mal o para bien, y si es para mal, ya sacaremos la lectura positiva de ello”.

Common Greatness es un proyecto de fotografía social: una foto y una historia