El nuevo arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, aseguró ayer que su «gran preocupación» es que pueda ser un arzobispo para todos y ha considerado que los cauces para ello son «el diálogo, el encuentro y la comunicación sincera».Osoro, que sustituye en el cargo a Antonio María Rouco Varela, reconoció, en la Cope, que sintió miedo cuando le comunicaron el nombramiento, y señaló que va a intentar darse a sí mismo.

Preguntado por cómo va a afrontar su relación con el Gobierno y con la oposición, el hasta ahora arzobispo de Valencia insistió en que quiere hablar «absolutamente con todos», tanto con los creyentes como con los que no lo son y que incluso tienen prejuicios contra la Iglesia.

«Me siento con un impulso especial para poder acercarme a todos», incidió Osoro, quien señaló que «la Iglesia, naturalmente, no es una ONG» y «cuando entra en la ideología no se entiende absolutamente nada».