El papa Francisco nombró ayer a Carlos Osoro nuevo arzobispo de Madrid, tras aceptar la renuncia de Antonio María Rouco Varela, mientras que el cardenal Antonio Cañizares dejará el Vaticano para ser arzobispo de Valencia. El nuevo arzobispo de Madrid es conocido por su talante dialogante y moderado, por su defensa de la cercanía de la Iglesia a las familias, y por su valentía a la hora de referirse a cuestiones delicadas sobre los problemas de la institución. Algunos opinan que tiene un perfil similar al del Pontífice, a quien le acerca cierto parecido físico. Osoro se desplaza a Madrid tras pasar 5 años en la archidiócesis valenciana, a la que llegó tras ser arzobispo de Oviedo desde 2002.

Su sustituto en Valencia será Cañizares, exarzobispo de Toledo y prefecto de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, «ministerio» vaticano para el que fue designado por el papa Benedicto XVI en 2006. Valenciano de Utiel, nacido en 1945, Cañizares se desplazó al Vaticano tras perder las elecciones para presidir la Conferencia Episcopal en 2005 ante Ricardo Blázquez.

Asimismo, Rouco Varela deja de ser arzobispo de Madrid después de que hace unos meses se despidiera de la presidencia de la Conferencia Episcopal, tras una larga vida de servicio da la Iglesia. Este gallego, nacido en la localidad lucense de Villalba, hace 78 años, ha dedicado casi 20 de ellos al servicio de la archidiócesis madrileña, desde el 24 de octubre de 1994, cuando Juan Pablo II lo nombró arzobispo.

El prelado, conocido por defender con vehemencia el rechazo al matrimonio homosexual y al aborto ante gobiernos de izquierdas y derechas, seguirá siendo cardenal y pasará a ser también arzobispo emérito de Madrid.

Por su parte, Cañizares regresa a España desde Roma preocupado por la unidad tanto de la Iglesia como del país, que se enfrenta, a su juicio, a «decisivos problemas» y se encuentra afectado «por una severa crisis económica a la que subyace otra moral y humana». En una carta a la Archidiócesis de Valencia, se ha comprometido a ponerse «al servicio de la cosa pública, del bien común en Valencia y en España».

En referencia a su predecesor en el cargo, Osoro, ha pedido que «Dios le pague todo como sólo él sabe hacerlo, que le ayude en su ministerio y que proteja y bendiga copiosamente a su nueva y querida diócesis madrileña». El nuevo arzobispo de Madrid confesó ayer que sintió temor al recibir la noticia de su nombramiento porque, aunque lleva «toda la vida con maletas, se siente miedo a un sitio nuevo» y «a algo grande».

Además agradeció al Papa la fe que ha depositado en él y aseguró que entregará a la sede matritense lo que Francisco les ha pedido que aporten a la iglesia: «Entrega y anuncio del Señor con la vida, no solo con palabras».