Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El Nueva York de Lorca

Gaspar Jaén i Urban analiza en un libro la visión arquitectónica de Poeta en Nueva York

El Nueva York de Lorca

«Nada más poético y terrible que la lucha de los rascacielos con el cielo que los cubre. Nieves, lluvias y nieblas subrayan, mojan, tapan, las inmensas torres, pero estas, ciegas a todo juego, expresan su intención fría enemiga de misterio y cortan los cabellos a la lluvia, o hacen visibles sus tres mil espadas a través del cisne suave de la niebla». Con estas evocadoras líneas de Poeta en Nueva York, Federico García Lorca describía no solo la fisonomía de la ciudad sino también las sensaciones que le produjo su estancia allí en 1929. Está visión de la Gran Manzana, pero desde el punto de vista de su arquitectura y su urbanismo, es la que ha analizado el arquitecto, escritor, poeta y dibujante Gaspar Jaén i Urban, profesor del Departamento de Expresión Gráfica y Cartografía de la Universidad de Alicante. Y lo ha hecho en un libro que fusiona arquitectura y literatura, titulado El paisaje urbano de Nueva York en la obra escrita de Federico García Lorca, editado por el Servicio de Publicaciones de la UA.

«Nueva York y Lorca son dos temas capitales en la literatura del siglo XX, pero yo quería aportar algo desde el plano arquitectónico», afirma el autor de este texto. Todo empezó cuando le encargaron la conferencia de clausura del máster de Paisaje en el Colegio de Arquitectos de Barcelona en 1990. Para prepararse la ponencia empezó a trabajar sobre el material -incluido un centenar de fotos- recogido durante su estancia en Nueva York ese mismo año, donde utilizó el poemario Poeta en Nueva York como guía. Posteriormente, en 1993 publicó una versión más breve en Canelobre y ahora ha salido a la luz este trabajo, «con un contenido que he multiplicado por tres».

Gaspar Jaén recoge así el impacto que produjo una ciudad moderna en un poeta procedente de Granada. «Pasa de ver ventanas de madera a ventanas de alumino... el contraste fue enorme y eso lo refleja en su poesía, pero también en las cartas que dirige a su familia desde allí que también han servido al investigador como fuente. «Yo creo que todo lo mío resulta pálido al lado de estas cosas que son en cierta manera sinfónicas como el ruido y la complejidad neoyorquina», asegura el poeta en un escrito a sus padres.

Un dato curioso es que todos los elementos arquitectónicos metálicos calan de forma muy profunda en el poeta que ve en ellos instrumentos de muerte. «Lorca usa unas metáforas que en el 30 no se entendían y en el 40 se despreciaban, pero que a partir de 2000 cualquier persona es capaz de entender», apunta el arquitecto.

«Lo que caracteriza la mirada de Lorca de la ciudad es la modernidad, que le hace sentir atracción y repulsión a la vez, aunque mucho mayor la atracción, y esa modernidad se traslada a su poesía», destaca Gaspar Jaén.

García Lorca también mencionaba en sus cartas la trama urbanística de Manhattan, «que él vinculaba con la ordenación del movimiento del tránsito y de las personas, lo que le producía una relación anímica con la ciudad que hace que su visión del paisaje urbano siempre presente aspectos sutiles y contradictorios». No en vano el poeta escribe: «Se necesita vivir varios meses para comprender al final el plano de Nueva York y su grandeza insospechada en sus primeros días»

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats