El artista Antonio Alcaraz (Alicante, 1963) lleva treinta años dedicado a poner el foco en la iconografía y la arqueología industrial para sensibilizar a la población sobre el interés patrimonial y cultural que albergan y las posibilidades que abren a nuevos usos. Ahora, bajo la producción de la Dirección General de Cultura de la Generalitat, reivindica una docena de antiguas infraestructuras de la Comunidad Valenciana, abandonadas o ya restauradas, en una exposición que se podrá ver en la Lonja de Alicante hasta el próximo 28 de septiembre: Espacios industriales. Patrimonio de futuro.

«Yo empecé con el expresionismo y poco a poco fui sacando las figuras de los cuadros y me quedé con la escenografía», explica así su atracción por los espacios vacíos y la arquitectura del pasado Alcaraz, afincado en Valencia, que acudió a la pasada edición de ARCO con un conjunto de dibujos en blanco y negro sobre la arqueología industrial.

«Para mí es una puesta en valor de una tipología de arquitectura que es muy interesante porque ya no se construyen edificios industriales como antes, ni se hacen puentes como los de sillería y de piedra que se hacían, y esa parte estética me gusta mucho», añade.

Este universo industrial que se muestra en la Lonja de Alicante se divide en cuatro apartados -infraestructuras ferroviarias y portuarias, naves industriales, conjuntos industriales y elementos aislados- e incluye seis ejemplos de la provincia de Alicante: el conjunto industrial Molinar de Alcoy, la antigua Fábrica de Tabacos de Alicante, la Colonia Agrícola de Santa Eulalia entre Sax y Villena, el puente de las Siete Lunas de Alcoy y el puente sobre el Quisi de Benissa, así como estructuras de las salinas de La Mata y Torrevieja.

También hay instalaciones portuarias de Valencia y Gandía, el Horno Alto 2 de Sagunto, la estación de ferrocarril de Carlet o la Papelera del Mijares de Burriana.

Alcaraz señala que su interés por los espacios industriales se dirige a cuando estos «están a punto de cerrar o han sido ya cerrados, antes de que se dediquen a otra cosa» con objeto de «sensibilizar a la gente de que tienen un alto valor cultural y social, son espacios que han tenido vida y que han tenido a gente trabajando allí».

Toda la obra ha sido realizada en el último año y medio -«de cada espacio podría hacer una exposición», apunta- y en ellas Alcaraz se nutre de fotografías que imprime con tinta en un soporte translúcido sobre cuya parte trasera interviene y ensambla con el marco, lo que le da a sus obras un carácter tridimensional.

La comisaria de la muestra -que ya se ha visto en Valencia y Gandia-, Felisa Martínez, destacó las posibilidades que brinda la restauración de estos edificios a través de la mirada de un artista «de su tiempo, innovador y valiente, que incorpora a la fotografía todo lo que esta no puede trasladar». La directora general de Cultura, Marta Alonso, subrayó el «referente de futuro que suponen estos espacios con nuevos usos» que deben protegerse e interpretarse de nuevo.