Mecenas

Domingo, 06/07/2014. Libro: Confesiones de una adicta al arte. Autora: Peggy Guggenheim. Editorial: Lumen. Préstamo bibliotecario.

Nada de lo ocurrido habrá sido útil hasta que algo o alguien no cuente las cosas como fueron y como son. Me refiero a la crisis -económica, política, cultural- en la que andamos inmersos y que, por razones ajenas a su valor, unos y otros se empeñan en narrar en minúscula. Me temo que su importancia merece la consideración de nombre propio. La Crisis -en mayúscula- es el resultado de un innumerable concurso de alianzas, pactos, sumisiones y connivencias que, a poco que se recuerde, contó con el beneplácito de muchos y la necesaria colaboración del resto. La responsabilidad, como el delito, admite gradación. Y unos, evidentemente, son más que culpables que otros. Culpa o dolo, tanto da. Como dijo alguien: ¿Fue la desregularización bancaria la responsable de todo esto? No. ¿Sin ella hubiese sido posible? Tampoco. Pues eso. Y yo y tú y él y nosotros y vosotros y ellos. Todos o casi todos, en algún momento, miramos hacia otro lado. Todos o casi todos, en algún momento, supimos lo que había. Con todos los matices que se quiera. Pero aquí seguimos. Hubo un tiempo -presumo que igual de injusto y lacerante para los indefensos que este- en el que a partir de un cierto nivel de riqueza, cuando el dinero ya cubría las necesidades de no menos de tres generaciones venideras, el millonario, el hombre o la mujer hecha a si misma, quería dejar de ser ignorante. Ansiaba dejar de ser cateto y hortera y se nutría de aquellos que no tenían recursos pero sí talento y cultura. No se disfrazaba de Esther Williams para dar la bienvenida al nuevo año y recorría los pasillos de un hotel para divertir a una alcaldesa. Ni fletaba el yate para brindar por algún cohecho en vasos de plástico con Moët & Chandon a una temperatura inadecuada con la misma alcaldesa. Sabía de Peggy -ya es como la tía rica que nunca tuve- por Capote, por Bowles, por Marx Ernst, por Breton, por Duchamp. Por historias de otros en las que aparecía una y otra vez: pagando unas vacaciones, poniendo una asignación mensual, asumiendo un alquiler, comprando un cuadro o liquidando una deuda. D. me dio a conocer sus memorias. Están descatalogadas. Así que, veinte años después, vuelvo a tener carnet de biblioteca. Ya veremos lo que tardo en perderlo. Ya veremos. En general.

Los diez negritos

Lunes, 07/07/2014. Parking Gallery, Alicante. A quemarropa. Organiza: Colectivo Cristal. Parking: 5,20 euros.

Al contrario de lo que pregonan algunos apocalípticos y algunos integrados, a mí la Red sólo me da alegrías. Debo advertir al lector que en este proyecto tengo, como se conoce en derecho administrativo, la condición de interesado. Sin atender a lógica ni mérito alguno participaré en una de las sesiones. Y además está organizado por amigos y participa mi amiga A. como artista en residencia. Hablando claro: que si me pareciese una mierda mentiría o me lo callaría. Pero no es el caso. Lo que me parece es que ya era hora. La hora de dejarse de lamentos y tomar la iniciativa. La hora de ver a gente joven, fresca, con ideas y lenguajes distintos trabajando junta. Todos tan monos y tan aplicados. Además, como premio, he conocido a María Moldes y a Luisa Pastor. A las que no les ponía cara ni cuerpo. Nuestra relación, hasta hoy, se limitaba a perseguirnos por Instagram.

Sangre fresca

Martes, 08/07/2014. Serie. True Blood. Creador: Alan Ball. 7ª temporada. Canal +.

Estoy deseando que finalice la séptima y última temporada de True Blood. Para dejar de verla, básicamente. Porque pareciéndome como parece un verdadero disparate, no soy capaz de abandonarla. Tan excesiva, tan libidinosa, tan inverosímil. Sí, soy débil. Y siempre termino poniendo la yugular cuando veo asomar dos colmillos.

Objeto de artista

Miércoles, 09/07/2014. Centro de Congresos Ciutat d'Elx, Elche. Exposición: Artesanía Española de Vanguardia, Innovación y Diseño. Entrada libre.

Ha sido una sorpresa agradable -en Elche las exposiciones siempre aseguran la sorpresa, cuando no la incredulidad- encontrarse con un montaje expositivo bien presentado, con soluciones low cost atractivas y coherentes con la propuesta que facilitan el recorrido y la presentación de las piezas. Y con trabajos que sigo desde hace tiempo y que se encuentran entre mis favoritos: las lámparas de Luzifer, las deseables piezas de porcelana diseñadas por el gran Jaime Hayón para Lladró, las cerámicas de Apparatu o las prendas de confección de la firma Peseta. Quizá he echado en falta una mayor y más actual representación de los productos de la casa Loewe.

Teatro

Jueves, 10/07/2014. Libro: Memorias. Autor: Tennessee Williams. Editorial Bruguera. Precio: 18 euros.

Qué lío, de verdad. Qué jaleo. La casta, la casta, la casta. Y yo siempre entiendo «La Estrecha» y por oposición «La Puta». Me supera. Porque luego pienso en La Frígida, en La Soltera, en La Estéril y en La Viuda. Y en La Moza. Y en La Criada. Y al poco ya estoy viendo a Bernarda Alba y a Genet de diputados. Él, sobre todo él, siempre atento a los miembros de los cuerpos que velan por su seguridad. Y ya no puedo parar. Y veo a Beckett presidiendo el Congreso. Y abajo, en el foso, a Mario de cuerpo presente. Y a Kafka completando las pólizas de los seguros privados de jubilación. Y, en el Registro, a Bartleby que con buen criterio responde sin inmutarse «Preferiría no hacerlo» cada vez que se le presenta una moción para su tramitación. Y a Arrabal presidiendo el Senado, siempre atareado en diferenciar las gafas de lejos de las gafas de cerca cuando emprende la tarea de anunciar el orden del día. Y en el espacio reservado a la prensa veo a Tennessee Williams -sudoroso e insomne- revisando el horario de los tranvías mientras intenta averiguar a qué temperatura estará el tejado del hemiciclo. Y a Lady Macbeth recorriendo los pasillos, sin dar un paso por perdido, recabando apoyos para la candidatura de su esposo ante el próximo Congreso Federal. Y veo como a Ofelia le vence la monotonía y la repetición y es presa de una mortal tristeza. En realidad no lo veo. En realidad lo imagino. Ver, lo que se dice ver, sólo veo mucho personaje necesitado de un buen autor. A ver si, de repente, va a ser este el último verano. El de ellos, quiero decir.

Amistad a lo largo

Viernes, 11/07/2014. Libro: Illustration Now! Portraits. Editorial: Taschen. Precio: 29,99 euros.

No se conoce la salud mental de un país hasta que no se trabaja atendiendo al público. No se conoce a alguien hasta que no se hace una cola con él. No vale una cola cualquiera. Es preciso que sea una de esas largas esperas que dan comienzo a primerísima hora -el INEM o el Registro Civil- y que aseguran un interminable tiempo de convivencia alimentado por la desesperación. La amistad precisa de una estricta higiene. Y lo más saludable es abstenerse de prácticas como el viaje que la ponen en riesgo. Una amable confianza que permite vivir dejando vivir y que no obliga a hacer nada que no se desee hacer es el modo en que la prefiero. Hoy ha sido un día largo y fatigoso. A las 8 de la tarde Telecan ha traído a Coke. Y ya, acomodados, nos hemos entregado a la contemplación. El perro miraba a la calle asomándose tímidamente por la ventana abierta, mientras el humano contemplaba ingeniosos y estimulantes trabajos de ilustración. Nos acostaremos pronto. Para mañana, temprano, volver a salir a escena. Tiempo habrá de volver a pisar las tablas. Pero por hoy, la función toca a su fin.

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