1996

Domingo, 29/06/2014. L'Escorxador, Elche. Festival DIVERSA. Teatro. Obra: Maravilloso (Beautiful Thing). Entrada con invitación.

Yo me pasé no menos de 15 años sin llorar. Como una inútil y estéril forma de resistencia. Y un día, cuando menos motivos tenía, empecé a llorar. Y lloraba y lloraba y lloraba. Como uno de esos personajes del realismo mágico que tejen y tejen o cocinan y cocinan. Si hasta entonces me había acompañado una nube a partir de ese día, debajo de mí, siempre había un charco. El hombre que entonces era mi esposo llegaba de trabajar y me preguntaba «¿Qué te pasa ahora? ¿Por qué lloras?». Y yo respondía «Nada. Estoy llorando el año 1999.» A veces me equivocaba y un jueves le decía que estaba llorando un año que ya había llorado el martes. Él me lo hacía notar. Y yo insistía «Es que fue un año muy duro». Y, claro, nos daba la risa. Como dice mi amiga M., al final siempre nos da la risa. Porque de otro modo, si no fuese por el disparate, la mamarrachada, la astracanada y la tragicomedia más de una y más de veinte hace tiempo que nos habríamos colgado de un pino bien alto. Esta semana se celebra, en aquellos lugares donde se permite, el Día Internacional del Orgullo LGTBI. Vi Beautiful thing -la película- en 1996 en los Cines Astoria. Lo recuerdo porque fue un año oscuro, angustioso y difícil. Presidido por la ansiedad, el miedo y el insomnio. Por saberme destinado a una forma de vida que desconocía y me aterraba.

Una tradición

Lunes, 30/06/2014. Libro. Título: El libro blanco. Autor: Jean Cocteau. Editorial: Cabaret Voltaire. Precio: 22,74 €.

Se lo leí por primera vez a Gore Vidal: la diferencia entre acto homosexual y homosexualidad. Y es una distinción fundamental. Más allá de la pulsión o el deseo la homosexualidad es un hecho cultural, un relato del mundo al que han contribuido innumerables artistas. Cocteau es uno de ellos.

Gitanos

Martes, 01/07/2014. La Lonja del Pescado, Alicante. Exposición: Vidas gitanas. Entrada libre.

Fue durante el mes de julio de 1992. El año que murió Camarón, el año de los Juegos Olímpicos y de la Expo de Sevilla. Un grupo de crápulas habíamos alquilado un piso en Santa Pola. Los detalles mejor me los ahorro. Yo trabajaba de camarero por las noches en una discoteca de la playa. Mi amiga M., que siempre ha estado ahí, creo que estaba muerta de la risa sentada en la arena una noche que me tocó ayudar a descender de una pasarela a Miss España. M.C. -como dicen las actrices- me dio mi primera oportunidad. Siempre se lo agradeceré. Aterricé en el barrio de Los Palmerales de Elche vestido con una camisa rosa con florecitas, unas bermudas azul celeste y unos naúticos. Siempre lo digo y puede parecer una exageración: a mí los gitanos me salvaron la vida. Solo yo sé el nivel de confusión y conflicto en el que vivía. No voy a entrar ahora en lo que los gitanos son o dejan de ser. Yo también fui educado en el machismo, la homofobia y la gitanofobia. Como éramos educados todos los varones de familia trabajadora nacidos en la década de los 70. Salvo excepciones, vale. Aunque no haya conocido ninguna. Solo contaré una anécdota. En el otoño de 2007 decidí irme a vivir a casa del hombre que durante 6 años sería mi marido. A la única persona a la que le rendí cuentas fue a J. J., que ya está cerca de los 70 años, es gitano, católico y del Partido Popular. Sentados en mi coche, fumando y escuchando cantes de Manolo Caracol, me leyó la cartilla. Como si fuese a desposarme con una mozita virgen. Recuerdo frases memorables del tipo Si entras en esa casa quiero que te comportes como un hombre o A esa familia la tienes que respetar. Lo quiero con toda mi alma, aunque nunca lo llame. El que lo lea que se lo cuente. A mí me da corte.

En San Francisco

Miércoles, 02/07/2014. Serie: Looking. HBO. 2014. Canal +.

Uno de los mejores chistes que he escuchado nunca fue en un capítulo de Los Simpson. Marge tiene noche de asuntos propios o noche de chicas o como quiera que se llame ahora. Ha quedado con sus hermanas. Cuando llega, están viendo Sexo en Nueva York en la tele. Marge les pregunta que de qué va la serie a lo que una de ellas responde «De cuatro mujeres que se comportan como si fuesen cuatro gais.» Nunca entendí el éxito de esa serie como nunca entendí el éxito de Queer as folk. Looking es otra cosa. Más allá de los estereotipos, reconozco la forma y el fondo. Y, claro, me he reído mucho cuando uno de los protagonistas asegura que Grindr -para quien lo desconozca, es una aplicación para móvil que pone en contacto a hombres interesados en tratar de cerca, muy de cerca, con otros hombres- te manda un certificado de defunción cuando cumples los 40.

Autoerotismo

Jueves, 03/07/2014. Arte: Javi Moreno. Obra: . Tumblr: http://hipertexto2014.tumblr.com

Se lo digo por aquí ya que no se lo he dicho por teléfono. Javi Moreno es uno de mis artistas favoritos. Su obra habla de algo fundamental y estrictamente contemporáneo: la construcción del cuerpo autoerótico a través de la Red desde finales de los años 90. Más allá de géneros, categorías y jerarquías, Internet es hoy la más potente y accesible herramienta, el más perfecto de los mecanismos al servicio de la performatividad del cuerpo. Lo mejor es ver su obra y leer sus textos. Casi prefiero que se explique él. Y no está de más completar el menú con un entrante de Teoría Queer y, de postre, un texto del desaparecido Paco Vidarte. El que guste.

Argot

Viernes, 04/07/2014. L'Escorxador, Elche. Festival DIVERSA. Cine: ¡True Blue, por favor!. Director: Álex Magallón. Entrada con invitación.

Disentir de la disidencia oficial ya se antoja imposible. Si eres gay o lesbiana o lo que sea y las bodas homosexuales te parecen un ejercicio de asimilación y emulación del rito católico con sus pétalos, su arroz lanzado, su vivanlosnovios, su quesebesenquesebesen, sus madrinas y sus padrinos, empalagosamente emotiva e insoportablemente cursi: mejor te lo callas. Si consideras que más allá de una cierta seguridad jurídica, el actual estado de cosas tiene más de claudicación que de conquista: mejor te lo reservas. Si crees que el movimiento LGTBI ha sufrido el proceso conocido como autocultura, primando lo masculino sobre el resto de opciones: se lo dices a tu perro. De un tiempo a esta parte, a partir de un cierto nivel sociocultural o socioeconómico, manifestar tu rechazo en público hacia las lesbianas, los maricas, los travestis, los transexuales, los gitanos o los inmigrantes pobres ha dejado de estar bien visto. Y, en contra de lo que pueda parecer, no siempre es reflejo de una aceptación de la diversidad. Es fruto de una corrección política que sumerge los conflictos -que pasan a un estado latente- evitando su confrontación y, por tanto, su resolución. Echo en falta una cierta veracidad en los discursos. Echo de menos ser insultado, repudiado, marginado. Lo prefiero así: a la cara y con toda su crudeza. Es mi opción. Lo repito: la mía. Hoy, que puedo y sé defenderme. Hoy, que me importa poco o nada lo que digan o lo que piensen. Hoy, que soy homosexual porque me gusta serlo. Porque no quiero ser otra cosa. Hoy que pienso y siento como deseaba sentir y pensar veinte años atrás. Veo la valentía del director Álex Magallón. Un cine que mama del kistch, del camp y del trash. Si desconoces el significado de estos términos -anglicismos, me temo-, es porque necesitas poner un gay, un LGTBI informado en tu vida. Emulando a la gran Debbie Allen: queréis saber, pero saber cuesta y hoy podéis empezar a pagar. ¡Fame!