El concepto popular del Neanderthal como un carnívoro puede cambiar, puesto que nuestro primo prehistórico pudo haber tenido una dieta más variada que también incluía productos de las plantas, como tubérculos y frutos secos, según revela un nuevo estudio llevado a cabo en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), en Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos. Nuestro

Los científicos del MIT, junto con expertos de la Universidad de La Laguna, en Tenerife, identificaron restos fecales humanos en El Salt, en la provincia de Alicante, un sitio conocido de la ocupación neandertal en España que se remonta a hace 50.000 años, y analizaron en ellas la presencia de versiones metabolizadas de colesterol de origen animal, así como fitosteroles, un compuesto similar al colesterol que se encuentra en las plantas.

Aunque todas las muestras contenían signos de consumo de carne, dos muestras presentaron rastros de plantas, lo que se trata de la primera evidencia directa de que los neandertales podrían haber disfrutado de una dieta omnívora. "Hemos pasado por diferentes fases en nuestra interpretación de los neandertales", afirma una estudiante graduada en la Universidad de La Laguna que dirigió el análisis como estudiante visitante en el MIT, Ainara Sistiaga, quien detalla la investigación en la revista 'Plos One'.

"Es importante entender todos los aspectos de por qué la humanidad ha llegado a dominar el planeta como lo hace", añade el coautor Roger Summons, profesor de Geobiología en el Departamento de Ciencias de la Tierra, Atmosféricas y Planetarias del MIT. "Mucho de eso tiene que ver con la mejora de la nutrición con el tiempo", adelanta.

Aunque los científicos han tratado de reconstruir la dieta neandertal, mucha de la evidencia no ha sido concluyente. Por ejemplo, los expertos han analizado isótopos de carbono y nitrógeno en fragmentos óseos, signos de que los neandertales pudieron consumir cierta presas, como cerdos en lugar de vacas, pero estos datos isotópicos sólo distinguen entre las fuentes de proteína, subestimando la ingesta de plantas, y muestran al hombre de Neanderthal como exclusivamente carnívoro.

Otros científicos han identificado recientemente microfósiles vegetales atrapados en los dientes neandertales, un hallazgo que sugiere que esta especie puede haber llevado un estilo de vida más complejo, cosechando y cocinando una gran variedad de plantas, además de comer presas de caza. Pero Sistiaga dice que también es posible que los neandertales no comieran directamente a las plantas, sino que las consumieran a través de su presencia en el estómago de sus presas, dejando rastros de plantas en sus dientes.

En su trabajo, Sistiaga buscó restos fecales en El Salt, un sitio de excavación en Alcoy, donde se han desenterrado restos de múltiples ocupaciones neandertales y analizó las muestras en el MIT para asegurarse de que fueran humanas. En el laboratorio, rastreó signos de coprostanol, un lípido que se forma cuando el intestino metaboliza el colesterol, y, como los seres humanos son capaces de descomponer más colesterol que cualquier otro mamífero, la presencia de altos niveles de coprostanol indicó que la muestra provenía de un ser humano.

Esta experta y Summons usaron entonces las mismas técnicas geoquímicas para determinar las proporciones de coprostanol, un compuesto de origen animal, y 5B-estigmastanol, una sustancia derivada de la descomposición del fitosterol de las plantas. Cada muestra contenía principalmente coprostanol, lo que evidencia una dieta principalmente a base de carne.

Sin embargo, dos muestras también poseían marcadores biológicos de plantas, lo que para Sistiaga puede indicar una ingesta de plantas bastante significativa. Como hay más colesterol en la carne que fitosteroles en las plantas, se necesitaría un consumo significativo de plantas para producir incluso una pequeña cantidad de fitosteroles metabolizada, lo que significa que, aunque los neandertales tenían una dieta principalmente a base de carne, pueden también haber consumido una parte bastante importante de plantas, como tubérculos, frutas y nueces.

"Creemos que los neandertales probablemente comían lo que estaba disponible en diferentes situaciones, estaciones y climas", señala Sistiaga, quien, junto a sus colegas, planea utilizar técnicas similares para analizar muestras de suelo en la Garganta de Olduvai, en Tanzania ,un sitio de 1,8 millones de años de edad, donde se han descubierto algunas de las primeras evidencias de ancestros humanos.