La primera corrida de la Feria de Hogueras empezó mal. Con un toro de Alcurrucén que no se movía ni cara al viento y que el presidente aguantó en la plaza hasta que terminó el tercio de banderillas para después sacar el pañuelo verde y devolverlo a corrales. Tuvieron que salir los cabestros y tras un cuarto de hora entre los animales y la cuadrilla de Juan José Padilla lograron que enfilara los toriles.

Al jerezano no le gustó demasiado el sobrero y tras una faena algo acelerada pinchó tres veces y tuvo que emplear hasta cinco veces la cruceta. Pero sólo fue un tropiezo porque el matador se entregó en el segundo al que desorejó entre el delirio del público y pudo dar una vuelta al ruedo triunfal y llena de regalos. El «ciclón» hincó las rodillas en la arena y le endosó más de una decena de pases al inicio de faena a su segundo, algo que unido a un buen susto con revolcón incluido y a ofrecer la versión de su toreo que el respetable esperaba le valió la puerta grande. Unido además a sus tandas de banderillas, que siempre son bien acogidas.

Sebastián Castella enmudeció al público con su quietud marca de la casa. Aguantó sin moverse en los medios la galopada de su oponente y se lo llevó por la espalda, tal y como le gusta comenzar sus faenas. El viento molestó pero aún así logró sacar varias tandas que fueron calentando el ambiente en la plaza, ansiosa de triunfos. Un pinchazo le dejó con una sola oreja, que tiró al sobrino del empresario de la plaza, Nacho Lloret. Nada pudo hacer sin embargo con su segundo, uno de los más flojos del encierro de Alcurrucén. Tras una tanda deslucida se fue a por el estoque para acabar su actuación cuanto antes.

Iván Fandiño, nuevo en esta plaza, se llevó el mejor lote y dejó destellos del dulce momento que atraviesa. De hecho, ofreció con el capote lo mejor de este tercio que se pudo ver ayer y cuajó tandas con la muleta de empaque y torería. De su primero se llevó los dos apéndices y a punto estuvo de repetir gesta con el segundo si no llega a ser por la espada. Ni siquiera llegó a saludar porque el público empezó a marcharse tras el pinchazo. Un público entre el que apenas se vieron ayer rostros conocidos del mundo de la política ni la empresa que suelen ser habituales en la feria de Hogueras. Sí acudió a la plaza la presidenta de la Diputación Provincial, Luisa Pastor.