Hacia el siglo V antes de Cristo, durante las fiestas en honor a Dionisio se fue imponiendo un concurso teatral en el que tres o cuatro autores elegidos previamente por la ciudadanía competían por ganar un certamen dramático. Y lo hacían representado tres tragedias y un drama satírico, que se completó posteriormente con una comedia. Este hecho, considerado ya el inicio del teatro, es el que ha guiado a Javier Monzó, director del Festival de Teatro Clásico de Pinoso, a incluir este año una comedia como cierre del ciclo. De esta manera, este encuentro, que tiene su cita en la cantera restaurada del Aula de la Naturaleza del Monte Coto de Pinoso, se prolongará un fin de semana más en el mes de julio, es decir serán tres en vez de dos.
El eje central de la representación de esta tercera edición será el estreno de Medea, obra de Eurípides, con la que se cierra la trilogía de tragedias con protagonista femenina del festival. Serán los fines de semana del 4, 5 y 6, y 11, 12 y 13 de julio los que se represente esta obra, que vuelve a dirigir Javier Monzó. Y el ciclo se completará con la puesta en escena en la cantera de Pinoso de Los Pelópidas, un texto del alicantino Jorge Llopis, ambientado en la Grecia clásica, que se ofrecerá al público los días 18, 19 y 2o de julio.
La actriz Belén Jara, del grupo Taules, dará vida a Medea en este montaje, mientras que el propio Javier Monzó hará el papel de su esposo, Jasón, en la que será la primera ocasión en la que el director de Taules y Saineters, además de actor, se sube al escenario en este festival. «Iba a asumir el papel un compañero, pero surgió un problema y me decidí a hacerlo; la verdad es que me apetece mucho aunque sea un suicidio ser director y actor», destaca Monzó.
Una treintena de actores, cantantes y músicos completan el reparto que participa en esta Medea, algunos de los cuales repiten. «Un 50 o 60% de los actores se mantiene, pero el resto va cambiando porque uno de mis retos es que la gente que estudia lenguas clásicas en bachiller se implique, por eso les invitamos a actuar con nosotros y los metemos en el reparto», apunta Javier Monzó.
Una novedad de este año es que el coro (integrado por quince voces) cantará a capella la composición creada por el profesor César Pérez para este estreno. El músico, junto a Luismi Tormo a la percusión y Mar Monzó al violín, serán los encargados de poner la música en directo al montaje, con la particularidad de que se usarán instrumentos construidos para simular el viento. El vestuario vuelve a estar firmado un año más por Susana la Guerra.
Otra curiosidad de este año es que los elementos que se van a colocar para marcar la entrada al palacio se va a quedar fija en la cantera. «Se van a colocar tres bloques de piedra como marco para la entrada, que está haciendo una empresa del monte Coto, y se pondrá luego una puerta que hemos conseguido, muy antigua, de más de 125 años que estaba en una almazara».
El aforo del espacio habilitado para los espectadores será de 200 butacas, una cifra que no puede aumentar, ya que «no podemos olvidar que estamos en un espacio protegido y no se puede ocupar más». De hecho, el primer año se realizaron solo tres funciones, en la que fue una experiencia piloto, y ante el lleno absoluto, en la segunda edición se amplió a seis, «que también fueron llenos diarios», algo que se espera repetir el próximo mes de julio.
Para completar estas jornadas clásicas, la Asociación de Desarrollo Local de Pinoso ha diseñado una ruta de tapas que se servirán a la salida de cada función. De esta manera los espectadores podrán degustar las tapas Orestes, Alcestis, Ifigenia, Eurípides, Plauto, Electra, Hécuba, Andrómaca, Heracles y Ayax, que han diseñado diez establecimientos de Pinoso para este festival. Además, presentando la entrada de la función se aplicará un descuento en las degustaciones.
Las entradas mantienen el precio de 5 euros, y se pueden adquirir en la Casa de Cultura de Pinoso (965 478 329). Con la recaudación «se cubren gastos», ya que «no cobra nadie y los gastos son elevados porque hay que montar en un espacio muy específico. El Ayuntamiento de Pinoso facilita la infraestructura.
«Cuando me planteé empezar con este festival pensé que si funcionaba iba a hacer una trilogía de tragedias griegas con nombre de mujer», afirma Javier Monzó. Por eso empezó con Antígona, siguió con Electra y este año toca Medea. «El año que viene empezamos con Edipo, iremos a por los hombres».
