Dioses y perros es una película que llegó «de rebote» al director David Marques, a quien le plantearon el reto de rodarla en un mes. Él aceptó pero pidió reescribir el guión «porque era un drama demasiado devastador y deprimente, los personajes sufrían mucho y quería llevarlos al cinismo, darle un poco la vuelta» y al final le salió «una película muy personal pese a ser un encargo», explicó ayer en el Festival de Cine de Alicante. El resultado, como señala el productor, Kiko Martínez, es «un drama con cierto optimismo y sentido del humor».

La cinta, la última que compite en la sección oficial de largometrajes a concurso -junto a Blockbuster, Elvira, El amor no es lo que era, La despedida y El Rayo- cuenta la historia de un boxeador desengañado y cínico que protagoniza Hugo Silva, que ejerce de cuidador de su hermano discapacitado, optimista y emprendedor.

«Hugo se enamoró del personaje de Pasca desde el principio», explicó Marques, que «a las dos horas de proponerle el papel nos llamó para decirnos que sí» y a partir del protagonista formaron el resto del equipo con Megan Montaner, Elio González, Lucía Álvarez o Adrián Gordillo.

La cinta está ambientada en el mundo del boxeo, «pero no queríamos hacer una película de boxeo, sino que lo usamos como metáfora para los personajes. El personaje de Hugo es sparring y recibe hostias por todos lados. No hay combates en la película pero se habla del ring de la vida», señaló el director, que añadió que también hay algo de crítica social en ella, ya que la metáfora se extiende a la situación del país: «Dicen que estamos mejorando per0 seguimos estando en la mierda».

El título, que cobra sentido al final de la película, también dice mucho de cómo son los personajes y de cómo se sienten, «con una clase media golpeada sin esperanza y cada vez con más distancia entre los dioses y los perros».

Dioses y perros se presentó en el último Festival de Cine de Málaga y se encuentra a las puertas del estreno, previsto para septiembre. Marques, que también clausuró la sección oficial del Festival de Alicante en 2012 con En fuera de juego y se llevó algún reconocimiento, comentó que su premio «es ver que la película funciona. Siempre me quedo a ver el pase de la película con el público».

Sobre el momento delicado del cine español, el productor Kiko Martínez apuntó que «estamos acostumbrados a vivir en esa situación y hay que ser optimistas y mirar adelante, hacer autocrítica y ver la manera de conectar con el espectador», mientras que David Marques manifestó, por el contrario, que siempre ha hecho cine sin ayudas, ni presupuestos, «y con la crisis he hecho dos películas cobrando, cuando antes todo había sido low cost», aunque reconoció que tampoco quier dejar ese modo de hacer cine con pocos recursos «porque no tienes presión detrás ni un dinero que tienes que administrar».