Ayer fue el turno de las road movies en el Festival de Cine de Alicante, que presentó en la sección oficial de largometrajes a concurso dos películas bien distintas unidas por la carretera: en una el trayecto se realiza en tractor y en la otra, en autocaravana.

La primera, El Rayo, toma el nombre del tractor en el que Hassan inicia su viaje de vuelta a Marruecos después de trece años en España desde la localidad manchega de Cózar. El ilicitano Ernesto de Nova Roldán conocía esta historia porque Hassan, el inmigrante de carne y hueso, le compró el tractor a su tía-abuela con la intención de hacer este viaje y, con este argumento ante sus narices, decidió llevarla al cine de la mano del también realizador vigués Fran Araújo.

La comparación con la película de David Linch The straight story en la que el protagonista viaja en una segadora es casi inevitable, aunque se sitúen en polos opuestos. «Fran y yo vimos esa película como unas diez veces para no caer en ninguna referencia y lo único que tienen en común es que el viaje se hace a bordo de una máquina agrícola», explica el codirector y coguionista, que se ha enfrentado a su primer largometraje, al igual que Araújo, con la dificultad de rodar al mismo tiempo que viajaban, «así que cuando cruzamos con el ferry pasábamos con las maletas y rodábamos al mismo tiempo».

En la película no hay actores profesionales, «todos se interpretan a sí mismos, pero no es una película documental; es una ficción llena de realidad aunque tiene mucho de lenguaje documental», señala De Nova. Aunque la historia parte de un hecho dramático -el retorno forzoso del inmigrante al quedarse sin trabajo- apunta que el protagonista, Hassan, «tiene mucho sentido del humor y nos quisimos aprovechar de ello para la película».

El Rayo se estrenó en el Festival de San Sebastián con una acogida «espectacular» y no ha parado desde entonces de recibir elogios en su presentación por festivales. «Consideramos la película ya estrenada, por festivales, filmotecas y pequeñas salas, aunque en algún momento pensaremos en alguna plataforma en la red».

Si El Rayo se rodó en 21 días en colaboración con varias pequeñas productoras, La despedida se hizo en 16 días, sin equipo técnico y con un único productor, el malagueño Álvaro Díaz Lorenzo, que es al mismo tiempo director, guionista, montador, director de fotografía y sonido. «Cuando tienes que sujetar la cámara con una mano y el micro con la otra, se agradece mucho cuando uno de los actores no sale en escena y es él quien sujeta el micro», explicó ayer Díaz Lorenzo de su película rodada en ruta exclusivamente con tres actores -Diego París, Bart Santana, Joaquín Abad- y la actriz Marta Nieto.

La despedida, con 10.000 euros de presupuesto y 6.000 kilómetros recorridos en una autocaravana, cuenta la historia de tres amigos que siguen los deseos de un cuarto amigo común que muere de un cáncer para esparcir sus cenizas en distintos lugares de Francia. «Es una película hecha a la aventura que habla de la amistad, de las verdades absolutas que se dicen los amigos y de no dejar para mañana lo que puedas hacer hoy porque quizá la vida te lo roba», explicó ayer en Alicante Álvaro Díaz.

Ni él ni los tres actores protagonistas pudieron ocultar lo bien que se lo pasaron en esos veinte días juntos de viaje y grabación: «Fue una experiencia brutal porque convivíamos todo el rato. A veces era duro porque eran muchas horas juntos, pero fue maravilloso», indicaron, tras añadir que «hubo mucha risa y cuando te lo pasas bien en grupo, eso se nota mucho en la película».

La cinta cuenta no solo la despedida del amigo que se ha ido sino también de las cosas que deja cada personaje en la historia «porque aunque es una comedia pura y dura hay un toque de nostalgia», señaló Diego París tras confundir, entre risas, el nombre de su personaje, ya que la cinta se rodó hace un año. Ganadora de premios en festivales de Londres, Austin y California, el director no descarta una segunda parte.