El balance de la temporada del CNDM ha sido, según sus palabras, muy positivo y con unas perspectivas para la próxima que pasan por aumentar a 250 los conciertos a celebrar, un 68% más, y en 21 ciudades, con 68 instituciones implicadas.
Yo estoy muy satisfecho porque la operación de los circuitos la pusimos en marcha el año pasado prácticamente y después de ver los resultados de este año, que han sido bastante positivos porque hay sitios más fáciles y menos fáciles, se ha incrementado de forma notable la actividad. Ahora hemos estado 14 ciudades y para la próxima temporada en 21. Además es importante porque por fin va a haber más conciertos fuera de Madrid que dentro, el 58%: 146 en otras ciudades y 104 en Madrid capital. También se consolidan una serie de ciclos, como el de Alicante, y vamos a abrir otros nuevos como el de Badajoz y otros puntuales el año próximo como el de las sonatas de Beethoven en cinco ciudades a cargo de pianistas españoles.
Hoy asiste en Alicante al último concierto de los nueve programados en el ciclo Alicante Actual, que ha ocupado el sitio del Festival de Música. ¿Cómo valora los resultados de esta primera edición?
Lo veo bastante positivo. Pero se ha demostrado una cosa, que no por tener muchos años un festival en Alicante se había creado un público. Hemos tenido una media de entre 120 y150 personas. La programación es para públicos muy concretos pero el apoyo por parte del Conservatorio Óscar Esplá y la implicación de los estudiantes y profesores ha sido increíblemente buena. Eso ha sido una gran sorpresa, y se lo debo agradecer a su director. No hemos hecho cosas fáciles en Alicante, ha habido conciertos más duros y otros menos duros, pero dentro de una línea. Había un festival y he querido que esa tradición no se perdiera, pero es verdad que ese festival no ha dejado el poso que debiera.
Los datos cifran en unas 1.050 personas las que han asistido a este ciclo, que celebra un concierto al mes entre octubre y mayo, de un aforo total de 2.520 butacas, es decir una ocupación menor del 40%. En la última edición del Festival de Música usted dijo que la asistencia había sido de 2.500 en 11 conciertos. Proporcionalmente la asistencia ha sido menor ahora que antes.
Eso son entradas vendidas, pero luego están los estudiantes del conservatorio que no pasan por taquilla. De todas formas, yo he recogido una herencia de 30 años de un festival que implica que había una situación y que hay que hacer una reflexión sobre lo que ha supuesto y lo que ha dejado.
Esa escasez de público tampoco se puede achacar ahora a que no hay interés por la música porque el ADDA ha cerrado una gran temporada, con más de un 80% de ocupación.
Yo creo que este año vamos a tener mucha más gente. Pero es cierto que se tienen que implicar más las instituciones y no es lo mismo una programación sinfónica que una de cámara, ni un festival que un ciclo y no es lo mismo la primera edición que la tercera. Puede ser un perfecto complemento entre la temporada sinfónica del ADDA y la Sociedad de Conciertos. Ahí es donde podemos ofrecer una programación complementaria.
Antes se decía que el problema del Festival de Música era que las creaciones contemporáneas eran muy difíciles de digerir por el público, pero en Alicante Actual usted ha programado obras de los siglos XVI, XVIII y XIX. Es decir, que tampoco es por el tipo de música.
Ahora estoy adaptando la programación en función de lo que debe ser un ciclo más abierto. No debe centrarse en música muy actual, vamos adaptándonos. Pero estoy más satisfecho de lo que me imaginaba. Pensaba que iba a ser peor porque la gente llena cuando hay Brahms o Mahler, pero ha sido música de cámara con notable presencia del XX y XXI, y eso a la gente le cuesta en todos los lugares.
¿Y en qué otros lugares hay también falta de público?
Pues en León pasa un poco lo de Alicante, pero sin embargo en Salamanca ha estado lleno prácticamente todos los conciertos. La respuesta en Oviedo ha sido estupenda y en Santiago al 75 u 80% los conciertos sinfónicos y los de cámara al 40%, con alguno al 70 u 80%. Pero es que en la primera experiencia que se hace en un sitio cuesta mucho llevar a la gente, se tiene que dar a conocer. Nada se instaura desde el primer día. Pero necesitamos socios que se impliquen en esto.
¿Quiere decir que en Alicante falta que las instituciones se involucren más en el ciclo?
Yo creo que el Conservatorio Óscar Esplá lo ha hecho, pero que tanto la Diputación como el Ayuntamiento de Alicante tienen que hacer un pequeño esfuerzo para comunicar mejor esto. Para que haya un festival tiene que haber una implicación de toda la ciudad. Para vender el ciclo necesitamos tiempo porque estamos en el año uno y ya hablaremos de lo que va a suponer la segunda edición. Yo soy optimista porque mi experiencia de muchos años me lo dicta así. Yo no conocía la actitud de la gente de Alicante. Yo he venido a cinco conciertos y hemos ido haciendo un estudio del porqué de las cosas.
Lo que ocurre es que desde el CNDM no hay difusión para que la gente esté informada.
Es función de los productores vender el ciclo en cada sitio que se hace. Desde Madrid coproducimos, discutimos los intérpretes, pero lo tiene que vender cada ciudad. Tienen que implicarse la Diputación y el Ayuntamiento, si no el ciclo no terminará de cuajar. Por eso hago un llamamiento a que lo hagan, y se lo he dicho muchas veces que tienen que hacer el ciclo suyo.
Usted dijo en Alicante que este ciclo no era flor de un año, que iría creciendo y se adaptaría a la demanda de público, pero ha sido muy baja.
Si el público sigue sin crecer tres años y baja, está claro que el festival no le interesa a la gente y si no le interesa yo no voy a estar treinta años manteniéndolo si no hay demanda. Se prueba dos años o tres y si no, se acaba. Pero soy optimista y creo que va a haber un vuelco en Alicante. Yo necesito contar obligatoriamente con las instituciones y los medios para que la gente se implique en esta historia.
También dijo que los alicantinos no defendieron el Festival de Música. A lo mejor las instituciones tampoco.
Si lo hubieran defendido lo tendrían, pero nadie se acuerda del Festival de Música en Alicante porque si no llenarían el ciclo. Pero lo digo desde fuera. Eso tendrán que hacer la reflexión las propias instituciones. ¿Tu crees que los alicantinos echan de menos el festival? Era un referente pero los referentes se defienden. Si la gente hubiera protestado probablemente hubiera continuado. Pero no pasa nada, en Madrid han aparecido y desaparecido festivales. El movimiento se demuestra andado, y Alicante ahora tiene la posibilidad de tener un ciclo que nosotros apoyaremos siempre y cuando haya interés en la ciudad; que no lo hay, pues nos iremos.
Alicante es una provincia muy musical, los conservatorios están llenos. ¿Por qué ni los alumnos ni la mayoría de los profesores acudían al Festival?
Los estudiantes de música no van a los conciertos en España. En Viena sí. No tienen cultura musical en general. No demandan la música como algo que les interesa. Estudian un instrumento y tocan en la banda de su pueblo, pero no se les ocurre comprarse un disco para escuchar. En Madrid tampoco van. Y como los profesores no tienen afición pues no se la transmiten a los alumnos.
¿Cómo ve que en momentos tan críticos se paguen millonadas por traer orquestas o músicos de otros países?
Eso es lo que no tiene sentido, que una ciudad de tamaño medio traiga una orquesta de 100.000 euros. Yo creo que no se deben pagar cachés sobredimensionados nunca. No tiene sentido que a Toledo vaya a cantar Juan Diego Flórez, por ejemplo.
¿Y a Alicante?
Pues tampoco. Si pide un dineral y se le paga, pues será responsabilidad de quien lo paga.
