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Clásicos que hacen caja

El alicantino Javier Sáez Castán ilustra y publica una nueva edición de Los viajes de Gulliver, basándose en la técnica utilizada por los pintores viajeros y primeros artistas aventureros que realizaban dibujos de sus exploraciones

Clásicos que hacen caja

El álbum ilustrado le gana terreno a la literatura infantil en el mercado desde hace meses y, en ese mismo terreno, se cuelan cada vez más clásicos de aventuras y ciencia ficción que suman enteros con sus ilustraciones. Son clásicos que hacen caja segura ante un público fiel, y con obras que aprovechan al máximo el plus de sus dibujos y su valor gráfico. «El hecho de que un libro sea hermoso, lo hace más atractivo tanto a los ojos de los adultos como a los de los niños», nos dice la escritora Mar Benegas.

Así, el alicantino Javier Sáez Castán (nacido en Huesca, pero afincado en la provincia desde hace años) ha ilustrado una nueva edición de Los viajes de Gulliver (Sexto Piso ediciones), basándose en la técnica utilizada por los pintores viajeros y primeros artistas aventureros que realizaban dibujos de sus exploraciones. De este modo, Sáez recrea el maravilloso mundo ideado por Swift en esta nueva edición de Los viajes de Gulliver, publicada originalmente en 1726, siendo una amarga crítica contra la sociedad y la condición humana a la vez que una parodia del subgénero literario de los «relatos de viajes», tan comunes de la época.

Castán, que ha obtenido premios como el del Banco del Libro de Venezuela, el de la Feria Internacional del libro Infantil y Juvenil de México, exponiendo su obra también en la reconocida Feria Internacional del Libro Infantil de Bolonia, asegura que aceptó encantado el reto de la editorial para trabajar los viajes de Jonathan Swift, donde siguió sus propias pautas: «Como es obvio, primero tengo que leer el libro, o releerlo si ya lo conocía. En este caso me resultó útil leer un prólogo extenso sobre Swift y su obra. Luego dediqué bastante tiempo a encontrar un tono general que me sirviera para el conjunto de las ilustraciones y a hacer bocetos tratando de encontrar las imágenes más llamativas de cada capítulo», afirma.

«En cuanto a la libertad y las referencias, no experimento dicotomía: en realidad me siento bastante libre dejando que las referencias que inevitablemente pesan sobre mi imaginación actúen. Y esa actuación es precisamente lo fundamental de mi trabajo», agrega el ilustrador alicantino, que ha dejado su impronta personal sobre sus dibujos, con una vaga referencia a los grabados clásicos en lo que se refiere a la técnica empleada.

La obra Los viajes de Gulliver goza de la mirada irónica y feroz que caracteriza a su autor. La aventura de Gulliver en el país de Liliput, donde los habitantes son poco más grandes de tamaño que un dedal, lo que lo convierte en un temible gigante, ha alcanzado popularidad universal. El poder, la arbitrariedad, la guerra y la capacidad de coexistencia de los pueblos se convierten en el objetivo de sus ácidos comentarios. Algo parecido a lo que sucede en el país de los gigantes, donde Gulliver es un enano. Y en la mejor tradición utópica, Swift termina el libro con el viaje al país de los houyhnhnms, caballos inteligentes que son capaces de construir una sociedad en armonía y justicia.

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