Desde hace unas semanas, el servicio de Google Maps, del todopoderoso buscador, permite a los fotógrafos con certificado oficial retratar los interiores de clubs de alterne y «sex-shops» para así sumarlos a sus fichas personalizadas en la red. Una noticia que, en cierto modo, ha sorprendido a los fotógrafos oficiales de Google por la habitual y restrictiva normativa del gigante de Internet en los negocios de sexo. «Está claro que no puede salir el rostro de nadie y si lo hay le tapas la cara y punto. Lo que no sé es cómo presentarme allí. Porque una cosa es ir a un restaurante y explicarle este servicio, y otra cosa es un club de alterne», explica Antonio García, de Torrevieja, quien en cambio ha trabajado en otros espacios más habituales, como discotecas y pubs, con precaución siempre de no mostrar publicidad ni marcas de bebidas alcohólicas.
«Los clubs de alterne y los "sex-shops" se puede mostrar respetando las zonas y difuminando los espacios donde puedan haber imágenes de contenido explícito, porque puede venir un usuario por detrás y quejarse o bien presentar un informe a Google», destaca el alicantino José Amorós.
Con todo, en este aspecto, se han llegado a producir interesantes contrastes en los que resulta difícil comprender la decisión de Google. Por ejemplo, según explica uno de los fotógrafos oficiales de Google, se permite retratar una clínica dental pero, de ningún modo, les está permitido reflejar en las imágenes el instrumental de estos profesionales «porque pueden herir la sensibilidad del público». También es reticente Google en fotografiar interiores de hospitales y centros sanitarios (cuando hay un gran número de clínicas privadas, como las de fertilidad).
