­Las cenizas del premio nobel Gabriel García Márquez quedaron expuestas ayer en el vestíbulo del Palacio de Bellas Artes de la capital mexicana, para que pudieran despedirse de él centenares de admiradores que están esperando desde hace horas. Los restos del autor llegaron en una comitiva que arribó veinte minutos después de que partiera desde la casa del escritor colombiano, en el sur de esta capital, custodiada por agentes policiales durante el camino.

La urna con las cenizas del escritor la trajeron la viuda de García Márquez, Mercedes Barcha, y sus dos hijos, Gonzalo y Rodrigo. También llegó el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar.

Las cenizas fueron colocadas en el centro del vestíbulo del Palacio de Bellas Artes y adornadas con ramos de rosas amarillas, las favoritas del autor.

Entre las coronas de flores que acompañan las cenizas se encuentra una que dice: «De Fidel Castro Ruz, al amigo entrañable».

La primera guardia de honor fue hecha por la viuda de García Márquez, sus hijos y el titular de Conaculta. Desde media mañana de ayer había comenzado la espera de muchas personas de todas las edades, mexicanos y extranjeros, para poder ingresar al lugar. Entre ellos había un colombiano, con una trompeta, que entonaba ritmos colombianos y mexicanos.

El público comenzó a entrar hacia las 16.15 hora local (21.15 GMT) y la despedida del autor de «Cien años de soledad» estaba previsto que durara unas tres horas.

Posteriormente estaba programado que comenzaran los actos oficiales, encabezados por el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el de México, Enrique Peña Nieto.

Al cierre de esta edición -pasadas la una de la madrugada en España- se esperaba que en los actos oficiales, además de los gobernantes de México y Colombia, participaran centenares de personas del mundo cultural de México. En el homenaje estaba previsto que ofrecieran sendos mensajes Peña Nieto y Santos.

El presidente colombiano ya había llegado a esta capital, según informó la Cancillería mexicana. En el aeropuerto fue recibido por la subsecretaria para América Latina y el Caribe de la Cancillería, Vanessa Rubio.

García Márquez murió el pasado jueves en la capital mexicana, donde residía, a la edad de 87 años. Seguidores de distintos países acudieron a darle su último adiós ayer en México. «Me da mucha tristeza su muerte. Soy argentina de la provincia de Salta, estamos de visita en México y nos quedamos un día más para asistir a este homenaje», dijo a Efe María Laura Flores, quien se encontraba acompañada de su esposo y sus dos hijos.

Por su parte, los estudiantes mexicanos Celsim Amalinalli y Diego Pérez dijeron a Efe que la muerte del autor les causó «una gran tristeza. Es una enorme pérdida, era un gran escritor, me gusta mucho su literatura», dijo Pérez. Y el actor de teatro Carlos Valencia destacó de Gabo no sólo su vertiente literaria, sino también humana. «Él siempre estuvo comprometido con las mejores causas, levantó la voz contra las injusticias, contra la violencia en América Latina, contra las dictaduras», explicó.

Adornos

Además de las flores preferidas por García Marquez, el palacio cultural tenía en el centro del vestíbulo un largo telón de fondo negro sobre el cual se colgó una fotografía de tres metros de longitud de García Márquez. Fotografías similares fueron colocadas también en la entrada principal del Palacio de Bellas Artes, mientras que en la explanada se instalaron carpas de casi un centenar de metros de largo desde la avenida hasta los accesos, además de controles de seguridad.

El acceso al vestíbulo estaba cerrado horas antes de estas ceremonias, pero fuentes de Bellas Artes dijeron que ya había unas 600 sillas para los invitados especiales, además de una alfombra roja por la que estaban pasando los miles de personas que se preveía que iban a asistir al centro cultural mexicano para despedir al escritor.