Si uno se pregunta qué une a una bailaora de flamenco, a un mariachi y a un jugador de beisbol la respuesta no sería fácil. O al menos rápida. Eso si no eres artista y, sobre todo, si no eres Elio Rodríguez (La Habana, 1966). Pintor, escultor, ceramista... muchas cosas como creador y también unas cuantas como persona, como individuo que ha vivido de allá para acá, que nació, se crió y empezó a ser artista en el Caribe, que luego continuó su carrera en Estados Unidos, empapándose de una forma de vida, y de concebirla, totalmente distinta, para después llegar a España y, finalmente, afincarse en Elche.
Ese ir y venir, ese conocer y ese darse de cara contra los tópicos, las frases hechas, las definiciones rutinarias sin fundamento, se han convertido en la esencia de su trabajo creativo, en el que apuesta por la mezcla de referencias culturales. A veces de forma irónica, otras de manera confusa, para los que además de mirar, ven. Y todo ello, sin dejar de reivindicar y de plasmar en sus obras sus raíces caribeñas.
En esa mixtura está su éxito. O eso espera cuando el próximo día 24 inaugure la que será su primera individual en Londres, en la galería Breese Little, donde ya presentó algunos trabajos en dos colectivas. Corridas & venidas es el título de la serie con la que Elio Rodríguez quiere ganarse al público londinense. Recién llegado además de la Feria de Papel de Colonia, donde acaba de participar en el stand de Christian Walter.
«Es una exposición para mí diferente porque voy a exponer de forma conjunta tanto obra gráfica como pintura y escultura», asegura el artista que espera que la gente «logre dilucidar que son cosas visualmente diferentes pero que parten de la misma lógica».
Corridas & venidas es el resultado de varios años de trabajo centrado en el cuestionamiento de la identidad. «Quiero reflejar cuánto de mí puede quedar cuando empiezo a involucrarme en una cultura que no es la mía y hasta dónde puedo jugar con referencias de otras culturas manteniendo una obra que siga siendo mía», apunta el artista. «Es como decir hasta dónde puedes repintar la Mona Lisa pero que siga siendo la Mona Lisa».
En Londres se verán tres lienzos, tres grabados de gran formato, seis grabados en metal, seis esculturas de mediano formato y dos cerámicas. «Es un repaso de todas las vertientes artísticas en las que he trabajado».
Elio Rodríguez se cuestiona en esas obras las definiciones, las identidades, «por eso son obras bastante locas, como los carteles ficticios de toros, que tienen textos en alemán, en inglés, referencias japonesas, motivos taurinos, mexicanos... El arte no tiene nacionalidad, cuando uno pone apellidos a las cosas empieza a quitarles valor, empieza a perder la posibilidad de verlas desde otro punto de vista».
Todo eso aderezado por un importante toque de ironía. «La mejor manera de conocer una cosa es riéndome de ella, cuando uno se ríe de las cosas las bajas del pedestal y es más fácil entenderlas y acercase a ellas de una manera más real».
Esta no será la única salida que prepara el artista, ya que le acaban de conceder una beca para el Cohen Fellow at Hutchins Center en Harvard, por lo que residirá en Estados Unidos entre enero y mayo del próximo año. Allí desarrollará un proyecto que gira sobre los tópicos en torno a los afrodescendientes. «No hace falta usar clichés para referirse a un contenido». Además, asegura, «tienen una base de imágenes, de carteles de cine, de imaginería sobre la cultura negra desde los años 40 que me interesa revisar».
Y eso no es todo. Cuando deje Harvard tendrá que desplazarse a Nueva York. Allí le espera la Thomas Jaeckel Gallery donde se verán sus obras en junio de 2015.
