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Traición, sexo y más sangre para lo nuevo de «Juego de Tronos»

La cuarta temporada de la saga de George R. R. Martin se estrena hoy en Estados Unidos y mañana en España. Con 16 millones de libros vendidos en todo el mundo, la ficción de HBO es la serie del momento

Jamie Lannister.

Érase una vez una teleserie llamada Juego de Tronos y basada en una saga literaria, de la cual su creador, el escritor George R.R. Martin, suele advertir a sus fans en cada entrevista que «no te encariñes con ningún personaje» porque en cualquier momento te lo mata. Y no acaba con sus vidas de un infarto o una fiebre tifoidea, no, sino decapitándolos o acuchillando en el vientre a una embarazada. Por no decir que en la nueva temporada, que se estrena mañana en España, se conocerá el destino de otro protagonista al que todo apunta que han seccionado sus genitales. ¿Qué le parece poco? Pues a otro, Jaime Lannister, le amputaron una mano y le colocan una prótesis de oro.

Con 16 millones de libros vendidos en todo el mundo de los cinco volúmenes que -por el momento- conforman la saga Canción de Hielo y Fuego, este producto de HBO, la cadena de televisión por cable responsable de los mayores éxitos de los últimos años, se ha convertido en la teleserie del momento. Todo en ella es grande, pero sobre todo lo son sus más de 600 personajes que conviven en un falso medievo donde la traición, el amor, los dragones y los tipos y tipas más malas que haya parido la literatura se codean con monstruosas amenazas, aunque visto lo visto ya, el espectador/lector no sabe si los malos son los peores o los buenos son los más peligrosos del corral.

Además de un casting logrado y unos guiones elaboradísimos, a parte de unos escenarios que llevan a los personajes desde el frío polar a los áridos desiertos, Juego de Tronos destaca por su riqueza en las tramas, muchísimas de ellas inspiradas en hechos o personajes históricos.

Y lo mejor es que su autor tampoco reniega de que ha ido pellizcando, por ejemplo, en los Borgia para inspirarse en la rica familia Lannister, en la cual los hermanos mayores mantienen una relación sexual de la que han nacido varios hijos, uno de ellos el actual rey del trono de hierro, Joffrey Baratheon, probablemente uno de los protagonistas más odiados de la actualidad. Tanto es así que el actor que interpreta a este insolente, cruel y desequilibrado chiquillo rubio quiere abandonar la interpretación cuando acabe la serie, posiblemente empujado por la oleada de odio que existe contra él en Internet.

Otro préstamo histórico que se ha tomado por la cara el señor R. R. Martin en su saga de aventuras es el muro que el emperador romano Adriano mandó a construir en territorio britano, para proteger su imperio de los ataques llegados del norte. En Juego de Tronos -que es el título del primero de los cinco libros- el muro de Adriano se ha convertido en una pared de hielo, de 483 kilómetros de largo, cuya utilidad es proteger de los salvajes al mundo civilizado -sí, donde matan embarazadas y el incesto está al orden del día- así como de una panda de miles de muertos vivientes y, sobre todo, unos monstruos fascinantes, de ojos azules y mucha crueldad, que, cosas del autor, adoran comer bebés recién nacidos.

En ese muro, por cierto, habitó durante la última temporada televisiva uno de los imprescindibles de la serie, John Nieve, el bastardo del decapitado rey Ned Stark y la esperanza de los muchos fans que, también asustaditos, aguardan por conocer su destino después de haberse portado este John Nieve de auténtica pena con una chica, Ygriette, que lo dejó todo por amor y parece estar buscándolo ahora para arreglar cuentas, lo que en Juego de Tronos puede significar la muerte más dolorosa posible.

Y quien al hablar de esta serie dice muerte, también dice boda. Millones de personas en todo el mundo vivieron, entre chillidos, los acontecimientos acaecidos en la que se ha llamado boda roja -por el sangrerío reinante-, donde asesinan a un nutrido grupo de protagonistas, miembros del mismo clan. Los vídeos en Internet retratan, desde hace un año, a seguidores de todo el planeta llorando, ocultos tras un edredón dando alaridos, tapándose la boca totalmente alucinados... Hay una chica afroamericana en la red que se retuerce en el piso chillando de dolor y pena ante el giro de guión ideado por el autor y maqueado televisivamente por el equipo de guionistas. Y lo bueno es que ya sabemos que en la próxima temporada hay una nueva boda...

Las víctimas de aquella boda roja eran de las más queridas de la saga, pero nada que ver con los dos personajes que más pasiones desatan: Daenerys Targaryen y Tiryon Lannister.

Ella es la heredera de una vieja estirpe que fue castigada por sus excesos. La chica lo ha pasado mal, muy mal, pero el destino le proporcionó el regalo de bodas que cualquier joven de su edad, al menos en Juego de Tronos, está deseando recibir: tres huevos de dragón. En principio se pensaba que ninguno los tres tenían nada dentro, pero los fans del mundo comprobaron en la segunda temporada de la teleserie que Daenerys, tras meterse en una hoguera viva, sale vivita y coleando amamantando a las tres crías de lagartos tira fuego.

Además, como ella tampoco lo ha pasado del todo bien en Juego de Tronos, siendo incluso víctima de los sobeteos sexuales de su hermano Viserys, se propone liberar al mundo de la injusticia y la esclavitud, además de intentar recuperar el Trono de Hierro, que le fue arrebatado a su familia.

Ella es la bellísima de la serie y, sin embargo, está casi a la altura de uno de los menos agraciados personajes del elenco, el enano Tiryon Lannister -que en la televisión sale muy guapo pero en los libros no es precisamente un adonis-. Tiryon es el gran sabio de Juego de Tronos. Es verdad que todos los personajes tienen unos diálogos maravillosos pero él, sin duda, es el que mejor parado sale por temporada. Él y su hermana Cersei, claro está, que igual mata a su padre como permite que lancen desde una ventana a un niño que la ha sorprendido metida en faena con su hermano.

Nadie reconoce por el momento al enano de Tiryon su valía, sobre todo en la defensa de Desembarco del Rey, un enclave estratégico que fue atacado por uno de los vástagos Baratheon y que Tiryon defendió con el fuego valirio, otra de las referencias históricas que ha utilizado George R.- R. Martin para animar su relato. Se trata de un producto inflamable que muchos relacionan con el fuego griego y utilizaron los bizantinos para su defensa. Es un compuesto químico del que incluso actualmente se desconoce su fórmula -probablemente se trate de una mezcla de nafta, cal viva, azufre y nitrato-, que usaron para defenderse de las incursiones orientales, igual que los Lannister lo utilizan para hundir la flota de sus enemigos.

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