Ella es una de las jóvenes promesas del piano en España. Él, uno de los violonchelistas de nuestro país con más proyección internacional. Estos dos talentos juntos, Judith Jáuregui y Adolfo Gutiérrez, protagonizan el próximo concierto del ciclo Alicante Actual en el ADDA el martes.

Aunque ninguno de ellos da demasiada importancia a esas valoraciones. «Yo trabajo día a día y a veces las cosas salen y a veces no, mi única preocupación es trabajar bien», afirma el músico, hijo del organista y exdirector del Coro Nacional de España, Adolfo Gutiérrez Viejo, quien fue también catedrático del Conservatorio Superior de Música Óscar Esplá de Alicante, por lo que fue aquí donde el joven violonchelista comenzó sus estudios. Y será precisamente con su padre con quien hoy ofrezca una charla a los alumnos del centro alicantino.

Del mismo modo se expresa la joven vasca Judith Jáuregui. «Tienes que mantenerte al margen porque hay que seguir con tu carrera; tengo 28 años y soy consciente de que estoy en el inicio de lo que espero sea una larga carrera, mi vida es trabajar y estudiar».

De las manos de ambos sonará un programa que conjuga piezas de compositores clásicos con otras de nuevos creadores. Así, interpretarán obras de Shostakóvich, Rachmaninov y Tcherepnin, además del estreno en España de A tientas, de José Luis Greco, y del estreno absoluto de la sonata De profundis, de Tomás Garrido.

Estrenos que encaran con mucha responsabilidad. Para Gutiérrez, «en términos generales supone más libertad porque es algo nuevo que nadie ha escuchado, pero el reto consiste en que parte de la opinión que se cree sobre la obra es responsabilidad tuya». Para la pianista, supone «responsabilidad y descubrimiento a partes iguales». «Yo no soy tan cercana a la música contemporánea y han sido una sorpresa ambas obras, la de Garrido por su intensidad y la de Greco por los colores en los que se mueve».

Adolfo Gutiérrez, cuya madre es cantante, mira al futuro con la Royal Philharmonic Orchestra, la Gewandhaus Orchester y el Festival Mendelssohn de Leipzig, entre otros compromisos. «El momento es difícil, pero hay que ofrecer algo nuevo como artista, ampliar tu espectro de obras... veo a colegas que se quejan pero por otro lado no arriesgan. De todas formas hay injusticias muy grandes y luego hay gente que pide compensaciones sin merecerlo, por su actitud no digo que por su talento».

Para Judith Jáuregui, que ha montado su propia discográfica y tiene compromisos en China y Dinamarca, «no nos pueden quitar a los jóvenes nuestros sueños y yo tengo claro lo que quiero». Además cree que «entre todos» se ha quitado «el corsé» a la música clásica. «No es de élite, se trata de sentir no de entender, y ese es el mensaje que llevamos los jóvenes».