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El teatro contra el hambre física e intelectual

El actor Miguel Gallardo representa hoy Armando Buscarini o el arte de pasar hambre en el MARQ, a beneficio de Despensa Solidaria

Miguel Gallardo durante la representación de la obra. información

«El panteón de hombres ilustres no admite estómagos vacíos». Lo dice Armando Buscarini, poeta español que vivió en los años 20 y murió pobre y sin reconocimiento. A través de esta figura, el actor y director Miguel Gallardo (Albacete, 1950) habla sobre el escenario del hambre, «del hambre física e intelectual». Un tema, asegura, muy actual «por desgracia», pero que además de para despertar conciencias, servirá para recaudar fondos destinados a Despensa Solidaria, organización alicantina que se encarga de repartir alimentos a personas sin recursos.

Armando Buscarini o el arte de pasar hambre es una obra de Juan Manuel de Prada, que Gallardo ha adaptado al teatro y que hoy se presenta, a las 20 horas, en el salón de actos del Museo Arqueológico de Alicante (MARQ). «No es un teatro pero lo voy hacer libre de luces y otros elementos, va a ser medio charla y medio teatro», afirma Gallardo que ha representado este montaje en numerosos escenarios, como el Círculo de Bellas Artes de Madrid, y que lo define como «un espectáculo de luches y sombras, donde lo que predomina ese el actor y el texto».

Su relación con Buscarini comenzó hace diez años, cuando ya tenía una larga trayectoria como actor, director y autor. «Quería encontrar un texto que hablara de la necesidad económica y creativa de los artistas, que hablara del hambre, pero del hambre física y del hambre intelectual». Entonces se cruzó en su camino Juan Manuel de Prada que redescubrió a este personaje en Las máscaras del héroe y después en Desgarrados y excéntricos, hasta llegar a realizar su semblanza en Armando Buscarini o el arte de pasar hambre. «Tuvo una vida apasionante pero no trascendió para nada; algunos dicen que era muy mal poeta, pero De Prada lo redescubrió y asegura que es el ángel custodio de su vocación literaria».

El actor pidió los permisos al autor para poder llevarlo al teatro y ahí comenzó su relación. «Buscarini fue un personaje muy curioso; me gustó cómo se queja de cómo lo tratan en su país y fue muy controvertido. No tenía dinero y dada su situación económica nunca llegó a ser reconocido pese a que escribió 36 obras aunque murió tan solo con 34 años, de esquizofrenia».

Riojano de nacimiento, adoptó el apellido del que se suponía que era su padre y al que nunca conoció. «Desde pequeño nació ya en el arte del hambre; vivió en una época muy determinada de nuestra cultura española, que es la bohemia de los años 20 en el Madrid de los poetas, de los escritores y de los golfantes», apunta Gallardo. «Quiso escribir poesía por encima de todo, pero no le acogieron en ningún lado, ni los intelectuales ni los no intelectuales. Aún así él tenía mucho orgullo y consideraba que la gente se lo perdía; aunque sufriera, lo más honroso para él es que iba a ser poeta y para eso había nacido».

El actor define el texto como «barroco-poético» y como «lo más controvertido» que ha escrito Juan Manuel de Prada. «Habla de un personaje que se queda de todo, del país, de las envidias, un personaje muy actual y muy enriquecido por su pluma».

Miguel Gallardo, que ya ha visitado en alguna ocasión el Teatro Principal, reside ahora en El Campello y desde hace años conoce el trabajo de Despensa Solidaria, por su amistad con su presidenta, María José Solbes. «Le propuse hacer esta obra para recaudar fondos, además es un texto muy apropiado porque habla de los estómagos vacíos como las despensas vacías». De todas formas, afirma, «la obra también tiene sentido del humor, aunque un humor negro. Es puro teatro, un teatro de texto y actor».

La entrada-donativo se ha fijado en 7 euros y también se ha establecido una fila 0.

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