A las ocho de la mañana, planeta Tomorrowland se pone en marcha. El despliegue en la Ciudad de las Artes y las Ciencias comienza cada día desde el lunes pasado con el desayuno para los operarios en la zona habilitada junto al aparcamiento. Las estrellas viven un poco mejor y vienen desayunadas del hotel de lujo donde descansan. Por supuesto, también sigue esta rutina el principal reclamo humano de esta superproducción de Hollywood, George Clooney, un alarde de discreción durante su estancia.

El actor no se prodiga por las zonas comunes del hotel, cuyos empleados son ciegos, sordos y mudos cuando se les pregunta. Su suite ha sido su refugio durante esta semana en Valencia. Entra y sale desde el aparcamiento a bordo de un coche nuevo de alta gama con las lunas tintadas.

Durante sus escasas salidas, y también en el hotel y en el rodaje, Clooney tiene siempre cerca a dos asistentes personales hombres y un guardaespaldas que ejerce también de chófer, un experimentado profesional de acento andaluz y de plena confianza de Disney España que se ha ganado al equipo americano en estos días.

A la hora de trabajar, el actor intenta ser uno más. Se le ha visto no al alcance del ojo humano, pero sí a través de prismáticos y objetivos fotográficos atento con los niños que participan en la película y preparando su papel en momentos muertos con el guión en la mano.

Llegado el momento de la parada para el almuerzo, se ha servido él mismo los platos del bufé mezclado entre técnicos e intérpretes para irse después con la bandeja a su caravana identificada con el nombre de su personaje, Frank en compañía de sus dos asistentes.

Sus elecciones gastronómicas demuestran que la megaestrella cuida la dieta, al menos cuando trabaja. Verdura y merluza a la plancha, un día de rodaje; ensalada y sopa, la otra jornada fuerte de grabaciones.

Tampoco se dio un atracón el miércoles por la noche, cuando prefirió un restaurante con mesas de madera a las estrellas Michelín. Se fue a cenar con un pequeño séquito a Lambrusquería, un italiano en el Ensanche valenciano. Tomó espaguetis con tomate y, de nuevo, pescado a la plancha. Lenguado en esta ocasión. Pidió «un vino de la tierra» y el propietario, Tony Campagnolo, le sugirió uno de la Serra Grossa. «Terrenal, sencillo, interesante, elegante». Son los calificativos que le regala al ganador de dos premios Óscar.

Clooney prefirió una velada tranquila en una zona apartada del restaurante, como sus colaboradores habían apalabrado antes de que él llegara, a una noche de fútbol. Tenía una invitación formal para acudir al palco del estadio Ciutat de Valencia para ver el partido de Copa entre el Levante UD y el FC Barcelona, pero, a diferencia de compañeros de reparto, quiso evitar aglomeraciones.

Por ahora, y hasta donde se sabe, el actor y director estadounidense no se ha dejado seducir por la gastronomía autóctona. Pero en el equipo de producción español están seguros de que no dejará pasar la oportunidad de probar una paella, un arròs a banda o una fideuà antes de irse.

Hoy podría ser un buen día: es la única jornada de descanso para todo el equipo durante el rodaje valenciano.

Claro que el héroe de Tomorrowland tampoco ha tenido una agenda laboral agotadora. Aterrizó hace siete días por la tarde desde Suiza; se tomó el lunes, cuando no salió del hotel, como día de adaptación; rodó martes y miércoles de manera intensa (de nueve de la mañana a seis de la tarde); el jueves se dejó caer durante la tarde por los decorados de la Ciudad de las Artes, y el viernes apareció a media mañana por si tenía alguna toma en el interior del Museo Príncipe Felipe. Como el tiempo aclaró, no fue necesario, así que se fue poco después y no comió en el rodaje.

El director de Los idus de marzo es conocido por su compromiso político y, en Valencia, donde el equipo de Tomorrowland se mantiene voluntariamente lejos de cualquier visita de autoridades políticas ¡qué tiempos aquellos no tan antiguos! lo ha exhibido no con su voz, pero sí con la camiseta con la que fue fotografiado al bajar del avión. Mostraba el rostro de la política ucraniana apresada Yulia Timoshenko. Clooney manifestó hace unos días su apoyo a la oposición de Ucrania.

El actor que dijo que un famoso que escribe en Twitter «es, simplemente, tonto» (Esquire, diciembre de 2013) no ha dejado ni comentarios jugosos sobre la ciudad como los que hizo su compañero de reparto Hugh Laurie sobre el montacargas (mortalmente lento) del Museo Príncipe Felipe. El seductor Clooney, que en alguna ocasión ha llorado las consecuencias de ser un famoso planetario -una tarde de esta semana, sin ir más lejos, se encontró a más de cien seguidoras a la puerta del hotel-, está de trabajo. Sean discretos con él, por favor.

Trabajo intenso

Tomorrowland trabaja sin descanso. El equipo de la película futurista de la factoría Disney trabajó ayer durante todo el día hasta altas horas de la noche. Desde la tarde y hasta el cierre de esta edición, el equipo aún rodaba en el entorno de la Ciudad de las Artes y las Ciencias y cuyo fin de rodaje del día estaba previsto a las 1.30 horas. Algunos curiosos aprovecharon su salida nocturna para cazar alguna imagen furtiva del protagonista, George Clooney.