Desleal, falso, traidor, pérfido, bellaco, engañoso, indigno, infame, perverso, judas. Todos estos adjetivos son los que se atribuyen a Fernando VII (1784-1833), conocido al final de su reinado como El Felón, un monarca que jugó sucio con los españoles y apoyó a los franceses con una estrategia maquiavélica. Todo ello quedó escrito en la historia pero también en los diarios de viaje que fue dictando a su secretario Antonio Martínez de Salcedo.

Esos documentos se han reunido por primera vez de forma íntegra en Diarios de viaje de Fernando VII (1823 y 182701828), gracias a las investigaciones de los historiadores Emilio Soler Pascual, Francisco Sevillano Calero y Emilio La Parra, los dos primeros profesores y el tercero, catedrático, de la Universidad de Alicante. El libro, editado por el Servicio de Publicaciones de la UA, se presenta mañana, a las 20 horas, en la Librería 80 Mundos de Alicante, con la intervención del rector honorario de la UA, Antonio Gil Olcina.

Estos diarios no eran desconocidos «por completo», apunta Emilio La Parra, pero fueron descubiertos de forma íntegra, uno en el Palacio Real, que encontró Emilio Soler mientras realizaba una investigación sobre Malaspina, y otro en el Archivo Histórico Nacional, por Francisco Sevillano. Soler realizó este hallazgo en los años 80 y han tenido que pasar treinta años para que ahora vean la luz de forma completa por primera vez. Se pusieron de acuerdo y encargaron a La Parra que realizara un estudio sobre los viajes de este rey, porque hizo muchos más de los que recogió en esos papeles, y a partir de ahí desarrolló un análisis del carácter general de su reinado. El texto se completa con sendos estudios de Soler y Sevillano sobre cada uno de los viajes.

«Los diarios se refieren a dos momentos claves de su reinado y de la historia de España -asegura el catedrático-; tienen un fuerte contenido político, por lo que tiene un doble valor, el estrictamente político y el descriptivo sobre las costumbres, los lugares o los acontecimientos del momento».

El viaje de 1823 transcurrió por la mitad meridional del país. Fernando VII era formalmente rey constitucional y emprendió el viaje en contra de su voluntad, obligado por unas Cortes de mayoría liberal para evitar que cayera en manos de los invasores franceses (los Cien Mil Hijos de San Luis). En el segundo, realizado entre 1827 y 1828, era rey con plenos poderes, sin limitación constitucional, y salió de la corte por propia iniciativa, con el objeto de atajar la revuelta que había estallado en Cataluña en julio de 1827.

Francisco Sevillano afirma que el formato de diario para un monarca «no era muy habitual», por lo que indica «que era un rey que dentro de sus defectos era inteligente; por eso este diario muestra una visión maniquea de buenos y malos; en el 27 se presenta como víctima y restaurador del orden frente a los liberales». En este sentido, afirma que «sabía cuidar su imagen, era hábil en el relato corto pero sin una visión de Estado, era un poco como Franco porque jugaba a los equilibrios».

«Era muy servil con los poderosos, incluso cuando estaba preso en Francia escribía constantetemente cartas a Napoléon felicitándole por el triunfo de las tropas francesas».

El valor de estos diarios está en los datos que aporta sobre la política de entonces y también sobre su personalidad. «No tenía gran interés por los monumentos artísticos, en cambio le interesaban las caballerizas, las corridas de toros y volaba cometas desde la aduana, porque actuó como medio espía para dar información a las tropas francesas con un código a través de esos artilugios... era un traidor y muestra una gran crueldad y egoísmo», apunta La Parra.

Los autores inciden en la actualidad de muchas de las prácticas de Fernando VII. «Se parece a nuestros políticos en su facilidad para cambiar leyes de forma arbitraria, cuando alguna no le interesaba; también en la influencia y el intervencionismo en los jueces, como ahora; también crea la policía en España y la utiliza para todo, y es enemigo visceral de todo sistema de representación, no puede aceptar que la población participe en las decisiones políticas y se escuda en el poder del rey, igual que ahora se escudan en la mayoría absoluta», afirma Emilio La Parra.

Este libro se presentará también en Valencia, el próximo 12 de diciembre en la sede del Consell Valencià de Cultura.