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José Luis Ortiz. Flamencólogo

«El extranjero comprende más que el español la estética del flamenco»

José Luis Ortiz. EFE

De la política dio un salto insólito hacia el flamenco. Ha dirigido la Bienal de Flamenco de Sevilla durante 15 años, entre otros festivales, y ha escrito numerosos libros en torno a este arte. Hoy imparte la clase En principio fue el baile, dentro del curso de flamenco de la UA. Será en la Sede Ciudad de Alicante a las 20 horas.

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¿Es verdad que en principio fue el baile?

Estamos en el mundo de las hipótesis, porque en el mundo del flamenco no hay aún certeza. Pero en mi caso particular, después de estudios y reflexiones, estoy en esa tesis de que primero fue el baile y también que en principio fue la fiesta y el grupo, y luego el desarrollo del flamenco, del cante como vertiente que se hizo más visible en España en el último tercio del XIX. Del grupo sale la individualidad tanto en el cante como en el baile y en la guitarra. En un principio no es un arte que se defina por el llanto o el dolor como se ha pensado después, sino que en principio el motor es la fiesta. Tanto el cante como el toque eran entonces servidores de los bailaores y bailaoras, hasta que a mediados del XIX comienza la revolución del cante que hizo que aparecieran los grandes solistas, como Silverio o Tomás El Litri, que tomaron protagonismo frente al baile.

¿Y ese protagonismo se mantiene en detrimento del baile?

No, ahora mismo en cuanto a popularidad y sentimiento universal es el baile el que se lleva la palma, luego viene la guitarra y después el cante. El baile es la disciplina que más adeptos y afición tiene en el mundo entero.

¿Todavía suena más fuera que dentro?

En España ha cambiado algo, pero por lo general el espectador extranjero valora más e incluso podía decirte que comprende más la estética que el nacional, que todavía tiene un cierto reparo intelectual, o como quiera llamársele, a aceptar el flamenco porque lo ve como una subcultura. Hay más incomprensión en el país que en el extranjero.

Investigador, escritor, ensayista y además monta espectáculos en torno al flamenco...

Empecé a estudiar flamenco en la universidad, luego trabajé profesionalmente como periodista y también ayudante en una productora discográfica de flamenco, fundé la primera editorial especializada y luego ya en mis distintos campos profesionales de la política, de la cultura, he ido conduciendo mi vida de manera que sin bailar ni tocar ni cantar soy flamenco pleno.

Aunque se define como «historiador y cómico flamenco».

Sí así es. Empecé a finales de los 90 a hacer un monólogo de uno de mis libros y a partir de entonces en distintos momentos he subido a las tablas para presentar personajes del mundo del flamenco o historias del flamenco. Ahora tengo un espectáculo, Dinero.

¿Ha servido para algo que el flamenco fuese declarado en 2010 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad?

Es algo testimonial, es una fotografía política, no tiene mayor alcance. Para el mundo del flamenco no ha supuesto nada. Los que hacen cosas por el flamenco son los artistas que lo llevan por el mundo entero, no un título de una organización cultural por muy prestigiosa que sea. Es una de las perversiones más de la cultura contemporánea, de la medalla y el galardón para alcanzar un valor cuando el valor en sí mismo se reconoce con la actuación de los flamencos en el mundo entero.

¿Cree que el flamenco es marca España?

Bueno, es una marca que en España tiene un territorio de naturaleza, pero bueno, afortunadamente el flamenco es una marca universal porque son muchos los intérpretes que lo hacen en el mundo entero. Ojalá la representación española en general fuera del mismo nivel de calidad que la que tiene el flamenco.

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