La voz de Manolo Escobar se ha apagado hoy en Benidorm, ciudad a la que el artista llegó casi por casualidad en la primera mitad de la década de los sesenta y donde decidió residir al enamorarse de su tierra y de su gente.

En 1963, Manolo Escobar y su mujer habían decidido pasar sus vacaciones en la costa levantina.

Tras tener "un problema con el alojamiento" en una localidad costera, optaron por coger el coche y buscar nuevo destino. Hicieron así noche en Benidorm y a la mañana siguiente salieron a conocer el pueblo. Y "les gustó mucho", igual que "sus gentes", según ha recordado hoy a Efe un amigo del artista.

Después de varias visitas, el cantante "hizo gestiones" para comprar su primera vivienda en Benidorm, un chalet en la zona del Rincón de Loix. Era 1964. Según este allegado, durante años el artista combinaba sus estancias en su residencia de Benidorm con sus giras por toda España.

Manolo Escobar era un enamorado de esta ciudad alicantina, tanto que tenía claro que quería que sus días terminaran aquí.

"Nací en Almería, me hice en Barcelona y quiero morir en Benidorm" solía decir el intérprete, según ha dicho este amigo.

Cada año organizaba en su actual residencia, también un chalet en el Rincón de Loix y de nombre 'Porompompero', un campeonato de mus "con amigos de Madrid, Barcelona y Benidorm" que acudían siempre fieles a su cita anual con las cartas.

Porque a Manolo Escobar le gustaba estar rodeado de sus amigos y allegados.

"Era una persona muy, muy familiar", "muy humana" y que "se emocionaba con las cosas que le pasaban a la gente que quería".

El pasado sábado, con motivo de su 82 cumpleaños, compartió momentos con algunos amigos, con su mujer, su hija y su nieta en la clínica de Benidorm en la que estaba ingresado tras sufrir un pequeño ictus y una insuficiencia renal.

A pesar de los años y los achaques propios de la edad, a Manolo Escobar le costó separarse de unos escenarios que "le rejuvenecían y le daban vida", según ha comentado su amigo.

El funeral se celebrará mañana y los restos mortales del artista serán incinerados, pero se quedarán en Benidorm, como él quería.