Partió de Edimburgo el pasado viernes y llegó a La Alcoraya el martes por la noche. Cinco días en las que las 20 toneladas de peso, repartidas en cajas, han viajado en un camión de 15 metros de largo, 2,5 de ancho y 2,75 de alto. Después de la travesía, el órgano Henry Willis II, que se encontraba en una iglesia escocesa, está ya en casa de Isabel Elvira y Nuno Kawaguchi, dos profesores de música que ven así cumplido el sueño de conseguir uno de estos instrumentos.

Las tareas de descarga se prolongaron durante todo el miércoles, con la ayuda de una grúa, y ahora el órgano desmontado se encuentra reposando, a la espera de que esta pareja de pianistas ponga en marcha el proyecto que les llevó hasta Edimburgo para ver cumplido su sueño: construir un auditorio en el terreno de su casa en La Alcoraya y convertirlo en un centro cultural abierto a los artistas, con su Henry Willis II como eje central.

Isabel Elvira, que da clases en el Conservatorio Profesional José Tomás de Alicante, asegura que el proyecto ya se ha presentado, realizado por unos arquitectos que se han incorporado a la Asociación Villa Atia, entidad a través de la cual piensan desarrollar su propuesta cultural.

Esta aventura comenzó en 1997, cuando ambos se conocieron unidos por su pasión por los órganos. Se casaron y comenzaron a dar vueltas a su aventura. Pero no fue hasta el pasado mes de febrero cuando un colega alemán les avisó de que se iba a vender una iglesia en Edimburgo y querían recibir propuestas para decidir el futuro de su órgano. Hasta allí se desplazaron y su proyecto fue el elegido.

El 4 de septiembre viajaron a Escocia, junto a su amigo Aitor San Miguel, también organista, y comenzaron las labores de desmontaje del instrumento de seis metros de alto y cinco de ancho, con 1.600 tubos. Esta tarea, después de quince horas de trabajo diarias, culminó el pasado día 17, cuando se cerró la última caja. Una semana más tarde, el Henry Willis II ha atravesado fronteras y comienza una nueva vida.