«Elimino títulos, elimino marcos, quiero marear al espectador». Así de provocador presenta el artista Ignacio Chillón su obra en la exposición Sintítulo Ocho que inaugura esta tarde, a las 20.15 horas, en la sede del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, dentro del ciclo Arte en la Casa Bardín que pretende dar visibilidad y potenciar a artistas de la provincia.

«Después de mis últimas series Blue room y El león violeta, vuelvo a mis orígenes, a cuando empecé a pintar sin poner nombre a las obras, con piezas muy blancas y algunas enmarcadas con marcos blancos. La intención es que se disfrute de la ingenuidad absoluta, que la gente se la juegue y vea lo que quiera. Me gusta no dar pistas porque no me gusta hablar mucho», explica el artista nacido en Murcia en el año 1974 y afincado en Alicante desde niño que en el juego que plantea al espectador considera que «el público debería preguntar lo menos posible y buscar su propia interpretación de las obras».

La muestra forma parte de una colección mayor de trabajos realizados por Chillón en los últimos meses, de los que expone una parte en la planta baja de la Casa Bardín, un espacio, a juicio del artista, «con una polivalencia que da mucho juego a las obras, ya que no es un espacio al uso para exposiciones y al mismo tiempo es una zona muy visitada donde se presentan libros o se ofrecen charlas y acude gente interesada en el arte o no».

En Sintítulo Ocho, Chillón propone una decena de obras de grafito y acrílico sobre papel en las que, apunta, «no hay dibujado nada real, aunque a veces lo parezca. Mi pintura pretende ser abstracta pero también tiende a la figuración». En esta ocasión, incorpora a las obras sin título otra pieza escultórica esta con nombre elaborada con los restos de material utilizado.

La comisaria de la muestra, Christina Poveda, suscribe la idea de que la pintura de Chillón se sitúa a caballo entre la abstracción y la figuración, así como que el artista plástico hace descansar el peso de la muestra sobre el espectador al renunciar a incluir un discurso intelectual en su pintura y «abrirse a fuentes de inspiración vivenciales y autobiográficas que se revelan crípticas y discrecionales para con el espectador».

Poveda se refiere también al modo de pintar «compulsivo» de Chillón, donde crea y destruye a partes iguales hasta llegar al «momento final» en el que la pintura fluye. El propio artista se refiere a ello como «catarsis», «no sale hasta que toca». «En cada colección no es que empiece desde cero pero te vacías para poder seguir y la vuelta siempre es un caos. Esta es la primera vez que expongo los desechos y la propia destrucción de las obras», añade.

Ignacio Chillón es el noveno artista que expone en el ciclo de la Casa Bardín, cuya muestra se puede visitar hasta el 29 de octubre y se completa con un encuentro entre el artista y la comisaria el 8 de octubre y dos visitas guiadas los días 1 y 15 de octubre.