Vicente Corona cambió su vida el día que tomó una cámara de fotos y abandonó sus oposiones para la ONU. De aquello hace hoy unos siete años, justo cuando adquirió su primera cámara fotográfica, se empolló el manual de instrucciones y se empapó de todos los tutoriales de fotografía que pululan en Youtube y por la red. ¿Y el resultado? El alicantino Vicente Corona paseaba en una ocasión por el Jardín Botánico de Madrid cuando realizó varias instantáneas de plantas y flores. Por unas u otras circunstancias, las imágenes pasaron a formar parte del calendario anual de la institución. Fue su primer trabajo profesional, recompensado notablemente: se llevó 1.500 euros.

«A mí siempre me ha dado un poco igual mi juventud fotográfica, porque está claro que no llevo el mismo tiempo que Canito (viva historia de la fotografía alicantina y taurina, todavía en activo). Con todo, creo que eso no hay que tenerlo en cuenta, porque cuando tú fotografías, estás retratando la vida como la ves. Y eso es lo que tiene que contar. No hay más», explica.

Corona, más conocido por su pseudónimo, Vcrown, dio el salto entonces a Estados Unidos, hasta que su ingreso en la prestigiosa y selecta Asociación de Fotógrafos de San Francisco le abrió muchas puertas.

«No entra todo el mundo, es muy exclusiva, y somos 100. Básicamente lo que te piden es una fotografía de calidad y que te comprometas a trabajar con ellos. Al principio, les entregué un portafolios con algo de lo que había hecho: les gustó. Pero luego me dijeron que tenía que irme a fotografiar con ellos algunos días de gratis. Eran como unas pruebas. Con libertad total de creación, me soltaron en un pase de moda en la calle y en un restaurante. Ellos venían conmigo, porque querían ver lo que mi mirada fotográfica estaba captando. A mí me pareció todo muy profesional y muy lógico. Al final, me admitieron», agrega el alicantino Vicente Corona, quien reconoce las amplias ventajas de un colectivo cómo éste: te buscan y te encargan trabajos y, además, son generosas las remuneraciones. «El colectivo se queda un 20% de lo que se factura. Pero eso a mí me da igual, porque tu fotografía se valora y se paga muy bien». ¿Y tú ves algo así en España? ¿Crees que es posible? «Es muy complicado, y tampoco creo en los colectivos sin ánimo de lucro. Son una tontería porque al final nadie hace nada», afirma.

Vicente Corona trabaja además para la revista Esquire en su edición de América Latina, donde ha retratado recientemente el corazón de Silicon Valley (Facebook y Google).