Al pinosero Carles Esquembre le inspiró, y de qué manera, los dibujos de Érase una vez… la vida. ¿Los recuerdan? Seguro que sí. La serie francesa se estrenó en España a finales de los 80, y fue un rotundo éxito por su contenido didáctico, divulgativo y en cierto modo revolucionario, porque poco o nada se había visto igual hasta entonces. Érase una vez… la vida era la serie que ponía ojos, boca, nariz y brazos a los glóbulos rojos; era el espacio donde las plaquetas plantaban batalla a la bacterias; y en el que los mensajeros, con papel en mano, iban a toda velocidad para transmitirles sus informaciones al cerebro.

Inspirado pues en toda esta materia artística y generacional que alcanzó a padres e hijos de hoy, al dibujante Carles Esquembre le vino un día la idea de recrear todo aquel mundo de nuevo, partiendo de su propia base creativa y con un, claro está, toque personal. El caso es que, al final, el reto marcado le arrastró a un trabajo gigantesco con más de 400 dibujos sobre el cuerpo humano. ¿Y el resultado? The body se titula el cómic.

«Ha influenciado en mi trabajo la serie de dibujos animados, eso está claro, pero The body es también un homenaje a la ciencia ficción de los años 50, que me ha proporcionado innumerables horas de lectura y aprendizaje. Eran unos tebeos cortos, que adaptaban muchas de las obras de Ray Bradbury, y que se intentaron recuperar en España en los años 70, y de hecho hubo un boom muy grande. Pero en los 90 todo se vino abajo y ya no queda nada. De ahí este homenaje, porque The body se inspira también aquí», afirma Esquembre, dibujante de Pinoso. «Lo titulé en inglés simplemente porque me parecía más acorde al trabajo, y porque suena más a una producción de serie B, que es realmente lo que es», aclara.

«Siempre me ha producido mucha curiosidad las enfermedades y las anomalías del cuerpo humano. Desde pequeño he estado influenciado por eso, quizás también porque mi padre es médico, y de alguna forma eso se ha podido trasladar al cómic», explica Esquembre, quien se ha alejado de un producto didáctico o divulgativo, para aportar su propia visión con unos seres que cobran vida y, desde el interior del cuerpo humano, inician un viaje hacia el interior. «Puede parecer raro, pero a mí las endoscopias siempre me han parecido paisajes exóticos, extraterrestres», agrega.

En el hilo conductor de la historia, unos trabajadores de la salud, personas diminutas, se introducen por la boca de un ser humano y se encaminan a unos tumores que hay en el estómago, con unas herramientas muy rudimentarias.

Para la historia, Esquembre también se ha servido de otras referencias cinematográficas, como las películas de Joe Dante (El chip prodigioso), de aventuras y algo más familiares. Productos culturales que, por cierto, también han desaparecido. Ahora reina lo apocalíptico, zombis y las pelis infantiles animadas. «Es obvio que no he podido escapar de los términos científicos, pero podemos también decir que es una adaptación bastante libre. Para la documentación he optado por empaparme de libros y manuales, poco más. Luego mi padre se ha partido de risa porque, claro, él sabe de qué va la cosa. Pero espero que los lectores no me pillen en ciertos pasajes», afirma entre risas.

Esquembre, que estudió en la prestigiosa escuela Joso de Barcelona, reconoce en cierto modo que The body es un homenaje a la serie Érase una vez… la vida, pero con mucha ciencia ficción y unos puntitos de humor. «La influencia es obvia, incluso en algunos dibujos, pero es que nadie puede dejar atrás lo que ha visto o vivido en su obra», explica.

The body ya está en la calle, aunque el dibujante pinosero ya tiene en mente otros proyectos. «El cómic fue primero una propuesta en Facebook y, a partir de ahí, un reto. Ahora el cómic ya está terminado, por lo que me he planteado hacer algo más», afirma. De hecho, Carles Esquembre ya tiene en marcha una banda sonora, y quizás pueda llevar a cabo una animación, o un videojuego. «La cosa está mal, por lo que hay que tirar de amigos para todo. Varios de ellos son los que me están ayudando, y mi ilusión y sueño es que podamos hacer algo más grande a partir del cómic». Adelante pues.