El neoyorquino Bert Stern se hizo mundialmente famoso por ser el autor de la última sesión fotográfica de Marilyn Monroe, seis semanas antes de la muerte de la actriz.

El fotógrafo, fallecido el pasado 26 de junio a los 83 años, es ahora el protagonista de una exposición en París, una muestra que reivindica su talento artístico, más allá de aquel célebre trabajo, como uno de los grandes de su generación, junto a nombres como Irving Penn o Richard Avedon.

Como él manifestó, "las mujeres y la fotografía son mis dos pasiones" y su profesión le permitió reunirlas "y hacer de ello mi vida". Su objetivo captó, allá en los años 60, los inicios de la pasión entre Elizabeth Taylor y Richard Burton; la complicidad entre otras dos estrellas, Romy Schneider y Alain Delon, o la insolencia de Madonna en sus inicios. Sus imágenes depuradas y seductoras revelan una personal forma de mirar y retratar a los famosos, en gran parte estrellas del cine y la literatura como Truman Capote, Marlon Brando, Audrey Hepburn o Catherine Deneuve.