El papa Francisco anunció ayer que la ciudad polaca de Cracovia será la sede de la próxima Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se celebrará en 2016.

El anuncio lo hizo al término de la XXVIII Jornada, celebrada en Río de Janeiro, y que ha reunido en la ciudad brasileña a cerca de tres millones de jóvenes de 190 países.

«Queridos jóvenes, tenemos una cita en la próxima Jornada Mundial de la Juventud en 2016, en Cracovia, Polonia. Pidamos por la intercesión materna de María, la luz del Espíritu Santo para el camino que nos llevará a esta nueva etapa de gozosa celebración de la fe y el amor de Cristo», afirmó el Papa.

Cracovia es la ciudad de la que el beato papa Juan Pablo II fue arzobispo desde 1962 y cardenal desde 1967 hasta el 16 de octubre de 1978, cuando fue elegido pontífice tras la muerte de Juan Pablo I.

En el transcurso de la misa, el Papa pidió a los jóvenes allí reunidos que lleven el Evangelio «para arrancar el mal y la violencia», demoler «las barreras del egoísmo, la intolerancia y el odio» y construir «un mundo nuevo».

«Queridos jóvenes, llevar el evangelio es llevar la fuerza de Dios para arrancar y arrasar el mal y la violencia; para destruir y demoler las barreras del egoísmo, la intolerancia y el odio; para edificar un mundo nuevo», les dijo el papa Francisco en la misa de clausura de la JMJ.

La misa se celebró en la playa de Copacabana y durante la misma el Papa pidió a los jóvenes católicos que «no tengan miedo» y que anuncien el Evangelio por todo el planeta, «ya que el mundo tiene necesidad de Cristo». Por su parte, en la misa de clausura de la JMJ de Río de Janeiro, y que ofició el Pontífice, se pidió por las víctimas del accidente ferroviario ocurrido en Santiago de Compostela, en el que fallecieron 79 personas y casi un centenar resultaron heridas.