El alcoyano Mauro Botella, estudiante de Aeronáutica de 23 años en Madrid, está muy cerca de hacerse con una plaza para surcar los cielos, el espacio y convertirse así, aunque solo sea por unas horas, en astronauta.

¿Y cómo lo ha conseguido? Una famosa marca de desodorantes, Axe Apollo, convocó un concurso en el que había en juego un jugoso premio: un viaje gratis con la agencia turística espacial Space Expedition Corporation que partirá en 2014 de Brasil. A la iniciativa, sin duda atractiva, se inscribieron más de 17.000 personas que, después de atravesar un gran número de pruebas en los últimos meses, ha rebajado considerablemente la cifra, y ya solo restan 20. Entre ellos, el alcoyano Mauro Botella Mompó, que se define como un auténtico "superviviente".

"Me enteré del concurso en la universidad, donde vinieron para promocionarlo. Y yo la verdad es que soy de los que se apunta a casi cualquier concurso, porque perder, no pierdo nada. Y, de momento, he pasado todas las fases, sin que se me dé muy mal", explica este alcoyano que, desde pequeño, jugaba a imaginarse cómo serían las estrellas: "Siempre he querido ser astronauta, es algo que ha estado ahí, que no le he dado mucha importancia por ser algo de la infancia. Pero ahora está cerca", agrega.

Mauro Botella cumple de momento los requisitos establecidos: aptitudes físicas, destreza mental y amplio dominio del inglés. Pero, con todo, las pruebas se complican en las distintas fases de selección: "Nos hacen pasar muchas pruebas físicas, de natación y carrera sobre todo, que luego nos combinan con ejercicios matemáticos y algoritmos", cuenta.

La próxima fase del concurso tendrá lugar el 22 de junio en Ibiza, donde los aspirantes a astronautas se presentarán con el traje que previamente han confeccionado, y que debe ser lo más creíble y vistoso posible. "Termino ahora unos exámenes y apenas me he puesto, pero voy a tirar de amigos y familia para conseguir los materiales. Algo tengo pensado", confiesa.

El alcoyano asume la "alta competencia" que existe entre sus compañeros y también rivales, donde hay sobre todo "deportistas de élite y una presentadora de tele famosa". Son solo 20, pero "el nivel está muy alto, y todos aguantan y terminan bastante bien las pruebas".

Pese a todo, Botella no plantea fijarse un calendario de entrenamiento especial, y está siguiendo su propia intuición para cada una de las fases. Pero lo cierto es que, por el premio final, vale la pena todo el esfuerzo depositado hasta ahora: "El avión sube 100 kilómetros y estás en el espacio unos minutos, como unos diez. A mí me gustaría mucho ir para conocer la fuerza G, que puede ser dos o tres veces la de mi peso, y por supuesto la sensación de estar ahí arriba. Vamos a intentarlo como sea", concluye.