Solo con leer la sinopsis de su nueva novela, Hijos del clan rojo, da un poco de miedo...

No era mi intención asustar a nadie. Se trata más bien de una gran aventura con muchos personajes y que sucede en muchas ciudades diferentes, con una trama compleja -apasionante, espero-, llena de misterios, secretos, enfrentamientos, historias del presente y el pasado... Claro que hay cosas que pueden resultar inquietantes, pero al fin y al cabo estamos hablando de ficción.

Un clan que controla nuestro mundo y que se está extinguiendo. ¿Tiene algún paralelismo con la realidad?

Sí, de hecho es una novela muy realista, dentro de que parte de un elemento fantástico. Una vez aceptado el hecho de que existen unas cuantas personas (más bellas, más longevas, más egoístas) repartidas en cuatro clanes que con su riqueza y su poder controlan todo lo que sucede y que viven discretamente, en la sombra, todo lo demás es absolutamente posible. Cuando estén publicados los tres volúmenes de la saga, el lector verá muchas cosas de nuestra realidad desde otro punto de vista. Al menos esa es mi intención.

¿Qué siente cuando lee que es "la autora de ciencia ficción más destacada de las letras españolas"?

Agradecimiento sobre todo. Llevo muchos años trabajando en el campo de lo fantástico. Soy la primera mujer que consiguió ganar el prestigioso Premio Internacional de la Universidad Politécnica de Barcelona; soy la única mujer que ha ganado el Premio Gabriel a una vida dedicada al género fantástico. Me hace mucha ilusión que mis lectores y mis colegas reconozcan ese amor y ese trabajo. Pero de más de veinte novelas que llevo publicadas, sólo tres y una colección de relatos son ciencia ficción; otras son literatura fantástica y otras más de toda clase de géneros: históricas, policiacas, realistas... Soy una escritora muy versátil; me aburro escribiendo siempre el mismo tipo de historia.

Es un género que tiene muchos detractores pero muchos y muy fieles seguidores.

La mayor parte de sus detractores no conocen el género. Juzgan por un par de películas banales que han tenido la desgracia de ver en la tele o en el cine. La ciencia ficción y la literatura fantástica y extrapolativa han tenido grandes autores y dado grandes obras. No hay más que pensar en Wells, Orwell, Huxley, Borges, Cortázar... y acercándonos más a casa Pilar Pedraza, Juan Miguel Aguilera, Javier Negrete, José Carlos Somoza... Es un género para lectores experimentados y valientes, que quieren ir más allá de lo cotidiano, de lo que cuentan los periódicos y se ve por la ventana.

Usted es española, nacida en Elda, pero vive y trabaja en Insbruck, en Austria. ¿Cómo se ve España desde allí?

Hasta hace muy poco, España era el país de moda: su cultura, su lengua, su gente... todo el mundo quería viajar a España, conocerla de cerca; todo el mundo admiraba la rapidez y suavidad con la que nos habíamos colocado en primera fila de Europa. Ahora unos nos tienen lástima -por la crisis, por el mal gobierno, por la emigración de los más preparados- y otros piensan que esa imagen brillante que España había dado era falsa, que nunca llegamos a salir del tercermundismo o que hemos vuelto a él. Resulta muy triste.

La cultura española se está viendo muy afectada por la crisis y la subida del IVA y otras medidas la están maltratando de forma especial. ¿Cree que ese es el camino?

En mi opinión el camino nunca es recortar en educación y cultura, ni tampoco es cargar todo el peso de la corrupción y el desgobierno que sufrimos sobre los hombros de la población, de las clases media y baja. No puede ser el camino correcto que la gente trabajadora no consiga vivir decentemente con su trabajo y que, por otro lado, haya aumentado la venta de coches de gama alta y de yates de recreo. Hay algo insultante y torcido en ello.

Usted también apuesta por la literatura juvenil, hasta hace unos años considerada como de segundo nivel. ¿Cree que se ha cambiado esa visión?

Sí, también escribo novelas para público joven, y siempre me ha hecho mucha gracia que haya gente que las considere menos importantes literariamente. Nadie piensa que un pediatra es menos que un ginecólogo porque el primero "sólo" trata a niños. Por fortuna las cosas están cambiando mucho y muy rápido. En eso han colaborado mucho las reseñas online, los blogs de grandes lectores con buen criterio que aconsejan y orientan al lector, especialmente desde que los libreros de toda la vida se han convertido en una especie en extinción y sólo quedan -casi- las grandes superficies.

¿La gente siempre tendrá la necesidad de leer... en papel?

La gente tendrá siempre la necesidad de ficción, de que le cuenten historias. No importa si son en papel o de trasmisión oral, o en e-book, o en cine, o en series de televisión. El soporte es irrelevante. Somos homo narrans; nos gusta contar y que nos cuenten cosas. Gracias al e-book se han salvado millones de árboles y yo puedo llevar un par de cientos de libros cuando viajo, sin problemas de sobrepeso.

¿Es optimista?

Yo siempre soy optimista. Mi lema es Sonríe. Podría ser peor, pero a veces se me hiela la sonrisa cuando veo tanto egoísmo, tanta falta de pensar en los demás, tanta gente que ha olvidado conceptos como solidaridad, integridad, honestidad... Me da vergüenza que el comportarse de modo empático y cortés, el cumplir la palabra dada, el tener sentido del honor sea interpretado como estupidez, como falta de inteligencia. Me duele que hayamos llegado a un punto en el que todo se compra y se vende.