Si le preguntan a Enrique cuántas viñetas ha publicado en su vida, la respuesta será: "Aproximadamente, ni puta idea". Enrique Pérez Penedo, Enrique, (Alicante, 1951) lleva cuarenta años publicando con humor su visión de la realidad más cercana en el diario INFORMACIÓN y señala, en uno de esos momentos en los que no está de broma, que "es bonito estar al día. A mí la viñeta me da vida, estás informado y, como dice mi hijo, es una suerte poder decir todos los días lo que piensas". Después de 40 años, no está cansado "ni pienso cansarme, entre otras cosas porque me gusta comer todos los días".

Enrique Pérez iba a ser químico pero lo acabó dejando "por humanidad" y se convirtió en "dibujaero", como él dice, "después de hacer un cursillo de chistes por correspondencia de CEAC", asegura. Con los dibujos de prácticas del cursillo fue un día al periódico de la calle Quintana y al día siguiente, el 28 de septiembre de 1972, se publicó la primera, con la condición de que las siguientes se relacionaran con la actualidad. "Yo dije que faltaría más y pensé ¿dónde me he metido? Entonces cobraba 75 pesetas por chiste publicado y los temas, vistos en la distancia, no han cambiado mucho: basuras, ruidos, aparcamientos, falta de infraestructuras... Recuerdo una viñeta, igual que ahora está en discusión la llegada del AVE, antes pasaba con la autovía del Mediterráneo, que yo hice una viñeta llamándola a-utopía", explica.

Pero en cuarenta años, muchas cosas han cambiado: "Con el franquismo las viñetas eran la sonrisa del día, la ventana del día, pero en la democracia las viñetas ya son una forma de opinión, como la fotografía o el artículo. Y la forma de dibujar va cambiando todos los días porque el dibujo es como un hijo, no ves lo que crece cada día sino que en la distancia ves los saltos, aunque yo di un salto en el año 80 e hice un dibujo opuesto al que hacía de un día para otro, y al periódico le gustó.

Esa primera viñeta, rememora, "era de un erotismo no habitual porque estábamos en el 72, con Franco vivo y coleando. Al director, Jesús Prado, que era muy progresista, estuve a punto de meterle en líos en más de una ocasión con viñetas de temas religiosos porque eran momentos en los que cualquier chorrada se podía malinterpretar, pero eran tiempos en los que ibas arañando libertad. Hoy, sin embargo, está lo políticamente correcto, que es una censura igual o mayor que la otra. Tenemos mayor libertad y parece que hay un retroceso. Aún así, decimos mucho todos".

Respecto a las amenazas que en la actualidad sufren revistas como Charlie Hebdo por las viñetas de Mahoma, considera que es muy difícil establecer el límite entre la libertad de expresión y el insulto "porque unos reaccionan de una manera y otros de otra, pero las leches vienen siempre del mismo lado -aclara- y te preguntas hasta qué punto merece la pena hacer un dibujo si se van a cerrar embajadas o si ponen una recompensa por la cabeza de alguien. Es un tema desmadrado".

Pero si algo caracteriza a Enrique es que dibuja la realidad con un humor social "de personajes que van andando por la calle", como le dijeron, "me preocupaba que las Hogueras se metieran con Jomeini o con temas extranjeros y que no entraran en los problemas de su barrio".

"A mí me interesa primero mi ciudad, luego lo nacional y lo internacional porque criticamos con la intención de sanear y he intentado ser profeta en mi tierra y si hay que criticar algo debe ser lo nuestro".

Pese a que su dibujo no caricaturiza a los políticos ni habla específicamente de ellos, le consta haber fastidiado el desayuno a más de uno con sus viñetas. "Hay gente que se molesta y te deja de hablar, hay gente que encaja muy bien las críticas y me consta que se ríe y gente que te dice que está muy bien pero sigue molesta", señala, tras concluir que los viñetistas "cada vez hacemos menos gracia y metemos más el dedo en la llaga y eso la gente lo valora mucho".

compañeros

Forges, seguidor de las viñetas de Enrique

Antonio Fraguas Forges y Mingote son dos de las referencias permanentes para Enrique. Del primero, con el que mantiene amistad, dice que "es un dibujante excepcional, que ha creado un lenguaje propio, muy conectado a la calle". Y al mismo tiempo, el dibujante madrileño se considera gran seguidor de las viñetas de Enrique, "como viene mucho por Dénia, siempre me dice cosas de las viñetas, le gustan mucho y es un lector admirador del periódico INFORMACIÓN, dice que tenemos un peródico muy bien hecho". Sin haberse ido a Madrid, "eso no te garantiza nada", Enrique ha cosechado numerosos premios y reconocimientos, entre ellos la Olimpiada Internacional del Humor tres años.