Basta con un trozo de suelo y la música de fondo para que los artistas salten por los aires. Se rompen las normas, y dejan de existir los giros imposibles y las leyes de la gravedad. Esto es React, el latido de la calle, el corazón del baile urbano, que se concentró ayer en Alicante, en el Centro de Tecnificación. Fueron, según la organización, más de 5.000 espectadores, con una media de 2.500 artistas, de España y parte del extranjero, del mundo. Una cita que convirtió ayer a la provincia en un referente de la danza y la cultura contemporánea.

El espectáculo se dividía en tres escenarios: dos dedicados a los duelos de bailes individuales o por equipos, y uno central destinado a las coreografías conjuntas. Y especialmente llamaban la atención los primeros, en el que varios jóvenes se retan con atractivos movimientos, cabeza arriba, cabeza abajo, de lado o entre volteretas. Algunos de los participantes, incluso, se atreven ocupando parte del terreno de su rival, comiéndose su zona, con claros tintes intimidatorios. El caso es que, al tiempo, impera el bueno rollo, y todos se animan, aplauden y divierten.

Los había más altos, más bajos, más gruesos o más delgados. Cada oponente cuenta con sus propias técnicas, con sus propias estrategias, y cuando se lanzan al escenario hacen uso de ellas como quieren, o como buenamente pueden. Ayer, en el Centro de Tecnificación de Alicante, se pudieron ver varios estilos de danza urbana, como el breakdance, el popping o el hip hop, en duelos donde no solamente se premiaban los bailes y las acrobacias: los gestos y la mímica eran unos factores muy a tener en cuenta, simulando en ocasiones una especie de teatro mudo.

Todas las sesiones fueron muy seguidas entre el público, que sufrió el calor, el mucho y sofocante calor del pabellón, que sobre todo caía por la mañana. Un calor que pasó desapercibido para los participantes, ataviados con todo tipo de vestuario. Los había con gorra, con cascos, con chándal, con vaqueros, con camiseta, sin ella, con tirantes, sin ellos, con cazadora, pañuelos y zapatillas y deportivos de todos los estilos y colores.

La pista central del React contó con un goteo incesante de grupos de danza urbana. Era el espectáculo más vistoso por los uniformes a conjunto y el número de competidores de los equipos. Entre el público, era fácil de localizar a los suyos, familiares o amigos, por los gritos de ánimo.

La cita ayer del React en Alicante, que era la cuarta -y a buen seguro que habrá una quinta- se volvió imprescindible el WhatsApp (el servicio de mensajería móvil por Internet). Con la música atronadora, los gritos y la gente dando saltos por doquier, resultaba imposible hacer una sola llamada.