A Rudi, de 38 años y con más de dos décadas de trayectoria entre aerosoles y esprais, la llamada del párroco Ramón Mor le dejó perplejo, pero aceptó de inmediato el reto que suponía adaptar las técnicas de su estilo no sólo a la temática religiosa, sino a un espacio tan complicado como el ábside de una iglesia, teniéndose que inspirar en el románico catalán.

Rudi, que vive en Alicante y a quien no le gusta el término grafittero para definir sus intervenciones, llamó a su amigo House, un artista madrileño, para acometer a cuatro manos este encargo, que debía incluir las imágenes de la Virgen y el Niño, la patrona Santa Eulàlia y la de una familia que simbolizara a los fieles de este barrio obrero de L'Hospitalet.

Ramón Mor pidió permiso el arzobispado, aunque no especificó que había optado por un artista grafitero para el mural. "Lo mejor es que cuando lo vieran opinaran entonces si valía o no valía la pena", señala Mor. Lo primero que hizo fue proponer a Rudi que visitara el MNAC para inspirarse en las piezas del románico catalán porque creía que ese estilo austero y a la vez de colores vivos era el más adecuado para el templo.

"Me presentó unos bocetos maravillosos, fantásticos. Había captado perfectamente la esencia, no era una copia y a la vez daba un mensaje actualizado", explica el párroco, que recuerda que la Iglesia siempre ha utilizado el arte para acercarse a sus fieles. "La Iglesia, que en todo momento histórico ha intentado estar a la última en cuanto a medios para expresar su mensaje, no puede dejar de utilizar esta posibilidad que atrae a muchos jóvenes", subraya.

Los creadores reconocen que lo más complicado fue cómo acercarse al románico. "Tuvimos que analizar las expresiones, las miradas. Solo con una línea cambias y pasas a otro estilo. Estudiamos cómo lo hacían, los trazos, los colores planos y encajarlo en una cúpula para que desde abajo se viera bien", señala Rudi, que remarca que "todo el mural está hecho con aerosoles, menos algo de pincel en negro para darle el toque del estilo".

No obstante, Rudi recalca que el mural de Santa Eulàlia no es un graffiti: "El graffiti es un estilo, esto es una decoración mural hecha con aerosol, pero no tiene el estilo del graffiti". Los artistas, que no han cobrado por este encargo -"un proyecto excepcional"-, dedicaron más de un mes a documentarse y a hacer los bocetos a lápiz y acuarela.

Rudi y House han estado diez días en los andamios, pintando intensamente en jornadas maratonianas para poder acabar la obra para el pasado fin de semana, ya que el sábado había programada una boda y había que acabarlo.

"Si la gente no supiera que el mural está hecho por grafiteros, nadie pensaría que está hecho con esprais", dice el párroco, que asegura que está sirviendo de ejemplo a otras parroquias.