Unas obras de alcantarillado y construcción de aceras en la intersección de las calles Camino de la Colonia Romana y Zeus de Alicante, cerca del yacimiento arqueológico de Lucentum, fueron las responsables del hallazgo en 1999 de los restos de una pintura mural de la época romana. Tras una excavación de urgencia ordenada por las obras, bajo la dirección de Francisco Lozano, se encontraron cientos de piezas de dos conjuntos pictóricos de pared que podrían fecharse entre los siglos I y II d. C. y que pertenecían a unas termas, que ahora acaban de ser reconstruidas.

La Unidad de Conservación del Patrimonio Histórico-Artístico Municipal (Copiham) del Patronato de Cultura del Ayuntamiento de Alicante planificó entonces una actuación arqueológica para la reconstrucción de las piezas, que ha dirigido el restaurador de arqueología Enrique Jordá y que culminó el pasado mes de febrero.

"Había cientos de fragmentos por capas, de varios conjuntos, que formaban motivos y figuras. A partir de ahí vimos las posibilidades de composición que había e hicimos varios esquemas de cómo podría haber sido", señala Jordá, que elaboró varias propuestas y una de ellas fue seleccionada por el entonces arqueólogo municipal Pablo Rosser.

"Hemos hecho una reconstrucción hipotética que entra dentro de lo posible tratando de agrupar al máximo todos los fragmentos. Armar el rompecabezas fue lo más duro", explica el restaurador, que ha elaborado el proyecto en tres fases entre el 2001 y 2012 y que en total le han llevado más de un año de trabajo completo.

El mural reconstruido mide 1,99 de alto por 2,22 de ancho y en él se representan dos conjuntos pictóricos, uno vegetal y otro figurativo. En este último se observan dos figuras masculinas, una desnuda con una hoja de palma en la mano izquierda y un cetro o vara en la mano derecha, y otra figura con toga y portando en una mano una corona de con hojas de vid.

"Hay composiciones decorativas similares a esta, donde los modelos siguen la tradición romana y coinciden con los estilos pompeyanos", apunta el restaurador, que añade que "puede tratarse de una escena común de victoria de un atleta, aunque el estudio iconográfico nos acerca más a la mitología griega y en particular a una representación de Dionisios y Sileno".

Jordá concluye que, al tratarse de una pintura mural, "la propiedad que tiene es que cuando se aplica el enlucido, antes de que seque se aplica el pigmento y se carbonata, y hace que eso aguante siglos".

El arqueólogo Francisco Lozano destaca que el mural hallado es "muy excepcional, al menos en la provincia de Alicante porque es de los pocos, si no el único, en el que hay figuras humanas. Los que se habían encontrado hasta entonces eran siempre con motivos vegetales o de fauna, pero no con restos figurativos, al menos hasta ese momento".

Lozano subraya su importancia puesto que, "aunque no se conserva completamente, se ha hecho un trabajo impresionante para poder recomponer los dibujos. Había mucho material y Enrique ha reconstruido un puzzle gigante, su labor es encomiable".

Ubicación en el MUSA

En la actualidad, el mural, cuya restauración concluyó hace unas semanas, se encuentra almacenado en el centro cultural Las Cigarreras a la espera de encontrar ubicación para su muestra al público. El concejal de Cultura, Miguel Valor, señaló ayer que seguramente se trasladará al Museo de la Ciudad de Alicante (MUSA), en el castillo de Santa Bárbara, y presidirá "una de las dos salas nuevas que quedan por abrir".

El hallazgo motivó la publicación de un artículo científico en el año 2005 en la revista Romula dedicada a la investigación arqueológica, elaborado por Antonio Pérez y Alicia Fernández.