Cada semana, el magazine del prestigioso diario francés Le Monde se pregunta "quién es realmente" un personaje de actualidad. La semana pasada, el personaje era Iñaki Urdangarin y su "realmente" mostraba, tras el rostro del excampeón de balonmano y yerno del rey de España, a un presunto malversador capaz de "embarrar" la monarquía. El caso Urdangarin ha trascendido fronteras. No hay medio ni país que no haya seguido, entre la estupefacción y la indignación, su imputación, su alejamiento de la Casa del Rey y su declaración ante el juez Castro en los juzgados de Palma de Mallorca.

Igual que ha ocurrido en España, desde fuera Iñaki -con proyección externa debido a su pasado de deportista internacional y su residencia en Washington- ha pasado de dar la imagen de "yerno perfecto" -guapo, alto, educado, buen padre de familia...- a estar imputado. De ahí la pregunta, ¿quién es realmente Urdangarin? Una "oveja negra" como dice Il Fatto Quotidiano, un "yerno deshonesto" en palabras de Le Monde, "enfangado"para Les Echos el "paria" de la familia real como lo califica Le Figaro. Pero el caso va mucho más allá de que la caída en desgracia del hijo político ideal.

Los periodistas extranjeros coinciden en el daño irreparable que los negocios del marido de la infanta Cristina van a causar en la Corona española, llevando la primera gran mancha a un expediente que hasta el momento permanecía inmaculado entre las realezas europeas. En Holanda, lo comparan con el caso en el que se vio implicado el príncipe Bernard, padre de la reina Beatriz. Y casi todos coinciden en relacionar el proceso con la situación de crisis que vive España.

La Casa Real, "fiscalizada"

En países con una cultura diferente y sin tradición monárquica, como Estados Unidos, The Washington Post aseveraba: "Los miembros de la familia real española han evitado habitualmente el escrutinio de los medios que han tenido que soportar sus homólogos reales británicos, pero la investigación sobre el Instituto Nóos ha llegado a las portadas justo cuando las encuestas mostraban un descenso de la popularidad de la monarquía en la población española". Estas encuestas -se refieren a los sondeos de Metroscopia: en noviembre de 2010, antes de que estallara el caso, la proporción de españoles favorables a la monarquía se redujo en 12 puntos respecto de 2007, y en diciembre había caído otros ocho puntos; y del CIS: en octubre, por primera vez, la nota de la realeza descendió por debajo de la media- son citadas de forma reiterada en los diarios de medio mundo, porcentajes a los que suman los de la tasa de desempleo del país.

Fue el periódico italiano La Stampa el que acuñó el término "tormenta perfecta" para referirse a una España azotada por la conjunción de todos esos ingredientes: un artículo firmado por Luigi La Spina decía que entre la prima de riesgo, el paro, un gobierno nuevo y las protestas de los indignados, el país que tenía la monarquía "como un símbolo de la unidad y la esperanza" sufre ahora una historia "banal y triste".

¿Cómo de empañada queda la imagen de la monarquía española en el panorama internacional? Los cortafuegos que aplicó la Casa del Rey parecen haber sido más efectivos de Pirineos hacia abajo que hacia arriba. Los diarios extranjeros mantienen que la imagen de la Corona ya ha quedado "tocada" y puede ir a peor.

Las decisiones de separar al "yernísimo" de la agenda oficial de actos y hacer públicas, por primera vez, las cuentas de la Zarzuela se han valorado fuera de nuestras fronteras, pero también han sido vistas como signos inequívocos de que el cetro pasa por sus horas más bajas. The Guardian (Reino Unido) interpreta los esfuerzos del rey Juan Carlos como una operación para "limpiar su cada vez más tocada imagen". El francés Libération le echaba, en cambio, un capote al Borbón al afirmar que el escándalo "avergüenza" a la Casa Real y "amenaza con salpicar al Rey, un hombre muy respetado por su aportación a la democracia de España tras el franquismo, que ha cultivado la discreción y que nunca se había visto implicado en un escándalo de este tipo".

El Clarín (Argentina) cree que se trata del "peor escándalo" de la historia de la monarquía española. En Der Tagesspiegel se podía leer "es un mal año para el rey de España, Juan Carlos I. No goza del mejor estado de salud, hay desavenencias en la familia real y el prestigio de la monarquía desciende. Para colmo de males, ahora un grave caso de corrupción pesa sobre la Casa Real". También en Alemania, Berliner Seitung advertía no hace mucho "Hoy en día, la Corona tiene que demostrar a diario la legitimidad de su existencia mediante un comportamiento ejemplar. Para la apariencia de la monarquía, hasta ahora bastante impoluta, el caso Urdangarin supone una mancha oscura". Süddeutsche Zeitung va más allá y apunta que "muchos españoles están indignados, y éste es el motivo de fondo por el cual la Casa Real Española responde a las exigencias de más transparencia, planteadas no solo por los adversarios republicanos de la monarquía".

En esta línea profundiza el belga De Standaard: "La Casa Real teme que la población aproveche este caso para exigir el final de la monarquía. La Familia Real se encuentra en estado de alerta. En el horizonte amenaza una catástrofe aún mayor para la monarquía española, ya que los españoles no son monárquicos sino juancarlistas. Pero el rey que visiblemente empieza a tener achaques de salud, tendrá que pasar el testigo en un plazo no demasiado largo a su hijo Felipe. El heredero no disfruta del mismo crédito entre los ciudadanos". Il Fatto Quotidiano añade que es el príncipe heredero el más perjudicado por su cuñado: "Podría no ver realizarse su sueño de acceder al trono".

Portada de revista

El caso ha nutrido no solo la actualidad sino también los suplementos, magazines y revistas. Point de Vue, la cabecera de las monarquías europeas, dedicó una portada a Urdangarin. En ella se le veía sonriente con su esposa y el Rey bajo la palabra "Repudiado". Posteriormente, la misma publicación -que no es proborbónica pero sí ha demostrado predilección por los príncipes de Asturias, especialmente por la princesa- presentaba a Letizia "al rescate" de la Corona de España. El escándalo se ha producido en un momento en el que la prensa sensacionalista y las revistas del corazón europeas estaban poniendo en jaque la imagen privada del Rey Juan Carlos al hilo del libro de Pilar Eyre, La soledad de la reina, que ha encontrado bastante eco fuera de España.