Prosiguiendo con las conmemoraciones del 125 aniversario del nacimiento del compositor Óscar Esplá (Alicante,1886; Madrid, 1976), que se emprendieron el pasado año y en las que han tenido protagonismo especial la Orquesta Sinfónica de Alicante y la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Superior de Música Óscar Esplá -unas de las más consolidadas formaciones sinfónicas artísticas y académicas que ha engendrado nuestra ciudad lucentina-, ambas bajo la batuta de su director titular Joan Iborra y que hicieron sonar El Sueño de Eros y la Sinfonía Aitana del compositor, esta última orquesta nos ha obsequiado esta sinfonía gracias a la gentil invitación pública del Club INFORMACIÓN en el Auditorio de la Diputación de Alicante, y por segunda vez -su primer concierto lo ofreció en el Centro Cultural Las Cigarreras del Ayuntamiento de Alicante-.

La Sinfonía Aitana representa la culminación estética y compositiva del maestro Esplá en su última etapa creativa -a la que evoluciona desde sus primeras obras de estilo postromántico: El Sueño de Eros, y de un nacionalismo: La Pájara Pinta, incluidas en el repertorio de la Orquesta Sinfónica de Alicante-, dentro de un moderno sinfonismo y de un lenguaje armónico y contrapuntístico que explora un nuevo universo; y que irónicamente subtituló "A la Música tonal in memóriam", para sin apartarse de la tonalidad -considerada por el compositor como una principal vía de comunicación y emoción en el arte y goce estético de los sentidos-, sumergirse en la atonalidad, siendo éste otro modo de expresión paralelo que no hace derivarlo a la pura especulación tímbrica y sonora de la creación musical contemporánea.

En esa "tesitura" compone Esplá esta sinfonía de un expresivo melodismo, y a través de la que intenta transmitir los sentimientos de admiración hacia la sierra alicantina de homónima denominación en la que se inspira, percibiéndose sutilmente las cadencias y aires de motivos melódicos tonales levantinos reinventados por él mismo. Toda la composición hace vibrar las esencias de su espíritu evocador, llamémosle casi descriptivo, en sus vigorosos trazos con un tejido orquestal perfectamente construido y que perfila en los cuatro movimientos que comprende: Invocación, este primer movimiento posee un aire lento que lo inicia la flauta solista que ejecuta un leit motiv, secundada por la orquesta, de un gran refinamiento, coloratura e invención tímbrica. En el segundo movimiento Allegro energico, se aprecian esas audacias armónicas de fuerte dinámica y contraste por todas las familias instrumentales -cuerda, madera, metal y percusión- con una compleja interpretación. En el tercer movimiento Andante fugatto, se escuchan sones de castañuelas con aires melódicos y mediante todo un juego de modulaciones, para entrelazarse con el último, Allegretto finale scherzando, en el que reinicia ese leit motiv la flauta solista.

El maestro Iborra, que nos demostró que conoce al detalle los aspectos estéticos y técnicos de la composición con ese gran sentido del fraseo, color y acentuación rítmica, nos brindó una impecable y genial ejecución al frente de la Orquesta Sinfónica -de óptima afinación y que cuenta entre sus primeros atriles con músicos tan bien formados como el violinista Vicente Antón, intérprete de las obras esplasianas Sonata Op. 9 y Homenaje a Beethoven - del Conservatorio Óscar Esplá el cual así mismo dirige, de la Sinfonía Aitana, Op. 56, fechada en 1957 -con edición del año 1971 por Unión Musical Española- según partitura original autógrafa del compositor, atesorada dentro del Legado Óscar Esplá en el Centro de Investigación de Legados y Donaciones de la Obra Social CAM.