LAS POSTALES HAN SIDO RECOGIDAS POR PRIMERA VEZ EN UN LIBRO. En la parte superior, una playa de Alicante, en los años 60, atestada de bañistas. A su lado, Minas de la sal de Torrevieja en una postal circulada en 1910. El detalle del sello no tiene desperdicio. Abajo, preparativos de las Hogueras de San Juan en 1930 y, a la derecha, hundimiento del "Donenaria" en el puerto de Torrevieja en 1925.

De igual forma que ahora subimos las fotos de nuestro último viaje en las redes sociales para compartirlas con los amigos y familiares, un siglo atrás, el mismo objetivo pasaba por el envío de unas tarjetas postales en una afición y cultura que ya prácticamente ha desaparecido.

¿Lo recuerdan? Era imágenes que congelaban y plasmaban instantes familiares, monumentos y parques, industria, parajes naturales, playas, algún hecho puntual histórico e incluso la propaganda política de cada uno de los bandos de nuestra guerra incivil.

Así funcionaba la tarjeta postal que, después de cien años de vida, es hoy un medio que, al igual que el cine, la prensa, los libros o la televisión, relata el devenir de la historia de España y, por tanto, también de la provincia de Alicante.

En este sentido, cabe destacar el libro España en la tarjeta postal. Un siglo de imágenes que, publicado por Lunwerg editores, incluye estampas inéditas de la provincia que muestran, cómo no, las transformaciones y modernización que se ha producido a lo largo del tiempo en aspectos como las costumbres, el paisaje o el turismo.

De ahí que no deje de llamarnos poderosamente la atención las motos y coches de época, claro está, que bordean una playa de Alicante en 1963, abarrotada de bañistas. Incluso sorprende encontrarnos a un par de turistas con paraguas en mano, para refugiarse del asfixiante sol, paseando en burro por la costa alicantina. Y quién diría que en la playa de los Arenales, también a inicios de los 60, podríamos ver un único hotel a pie de playa, sin ningún otro edificio a su alrededor. Qué paraíso el de entonces, y qué locura urbanística la de ahora.

Estas imágenes, de la colección personal de Martín Carrasco Marqués, inéditas y recogidas por primera vez en un libro, aluden también a otros capítulos de nuestras tradiciones e historia con imágenes antiquísimas de los preparativos de las Hogueras de San Juan en Alicante, en 1930, o incluso postales de las Minas de sal de Torrevieja circuladas en 1910 (con el detalle del sello de la época, tan relevante históricamente como las notas tomadas a mano).

Pero más allá de las tradiciones o la industria alicantina, también resulta curioso encontrar imágenes de hechos históricos, apenas recogidos hoy en las hemerotecas, como el incendio del pailebot "Donenaria", un tipo de velero que con cinco mil toneladas de cargamento, se hundió en el puerto de Torrevieja en 1925. Algunas crónicas de la épocas hablan que, ante la imposibilidad de controlar el fuego, la tripulación tuvo que lanzarse al agua.

Pese a la importancia patrimonial que realmente tiene la tarjeta postal, no será hasta los años 70 cuando estas estampas culturales despertaron la atención e interés de los coleccionistas en España. De hecho, muchos de ellos son los que ahora recorren los numerosos mercadillos de viejo en la provincia, como el de Guardamar o Jalón entre otros, aunque también podremos tropezarnos con ellos hasta bajo los arcos del Ayuntamiento de Alicante las mañanas de los domingos.

Sea como fuere, la tarjeta postal simboliza "la comprensión de unos años y de una España ya muy diferente a la actual", escribe el editor Bernardo Riego Amézaga o, como define el Boletín Cartófilo-Artístico-Literario de Barcelona en 1902: "Un objeto en el que todo está comprendido y compendiado en ella; mediante la tarjeta postal se estudia y se aprende geografía, historia, mitología, indumentaria, heráldica, etnografía, arte. Se conocen los personajes de cada país y se conmemoran hechos importantes...".