¿Es The Artist su homenaje personal al cine mudo?

Nunca lo he pensado así. Hay mucha gente a la que le gusta planificar, que piensa "voy a hacer tal cosa o voy a hacer la otra"... A mí no me sucede, soy incapaz, nunca me salen los planes como pretendo. Desde hacía mucho tiempo quería hacer una película muda, pero era eso, un deseo. Fue al acabar mi última comedia cuando conocí a mi maravilloso productor. Aceptó mi proyecto y lo hicimos.

¿Por qué la historia de amor?

Quería que la gente pudiera acceder a la película, que sintiera que es fácil y entretenida. Que no pensara que está delante de una película muda. Ya no se hacen películas mudas. Se hacen películas, y punto.

No ha de olvidar el trabajo que Mel Brooks hizo en La última locura de Mel Brooks (1976).

Sí, pero era una parodia.

¿Por qué ve extraña una película muda hoy en día?

Creo que tiene más que ver con el público; con la aceptación. Quizá me equivoco, no sé.

¿Cree que una de las razones del éxito es el factor nostalgia?

Sí, puede ser, pero me parece que es debido a algo más sencillo, a la historia. Si la película está contando algo, gustará. No es una cuestión que tenga que ver con los efectos digitales. La tecnología es inútil si la historia no está diciendo nada.

Pero respira nostalgiaÉ

Y también es una película muy moderna. Aunque es cierto que he utilizado muchos códigos del Hollywood de entonces. Creo que es muy placentero para la gente ver ese tipo de estética y que le gustaÉ Además, le da a la película un look clásico.

¿Por qué la considera moderna?

Los actores actúan como si fuera cine moderno, con mucho naturalismo, sin esos gestos propios del cine silente. Y el ritmo no tiene nada que ver con el de las películas de entonces.

¿Realizaría otra película muda?

No lo creo. A no ser que tenga una historia fenomenal, que lo requiera. Pero, vamos, trato de no aburrirme mucho de mí mismo, cambiarÉ

Jean Dujardin es otra sorpresa de la película. Su personaje está en algún lugar entre Douglas Fairbanks y Gene Kelly.

Esos dos actores son la referencia.

¿Ordenó las películas de estos actores como deberes para preparar el papel?

(Ríe) He huido de esas actuaciones del cine clásico, como antes te comentaba. Los actores interpretan como si estuvieran en una película moderna: hay mucho naturalismo, no se dan esos gestos tan tensos del cine mudo.

¿Los actores hablaban durante el rodaje o fingían estar hablando?

Pues depende. Había algunos que hacían como que hablaban, aunque la gran mayoría hablaba de verdad. Siempre tenía música sonando en el set de rodaje, para que se relajaran y también para que hicieran un poco lo que quisieran. John Goodman, por ejemplo, no paraba de improvisar. Para el personaje de Peppy, por el contrario, le pedí a Bérénice Bejo que hablara todo el rato, porque me gustaba esa idea de ella muy nerviosa y parlanchina. En el caso del personaje de Jean, apenas habla, pero, cuando lo hace, es muy firme. Si quieres saber lo que dicen, lo vas a tener difícil: rodé la película a 24 planos por segundo, bastante rápido, con lo que es muy difícil fijarse atentamente y leer los labios de los actores.

Nadie esperaba a un cineasta proveniente del cine comercial compitiendo en la sección oficial de Cannes.

Bueno, intento no pensar de esa manera. Trato de hacer buenas películas, que la gente se lo pase bien. He hecho una película muda y pueden pensar que es esnob o raro, pero para mí es lo mismo: hacer filmes que gusten. Supongo que la gente se sorprendió al vernos en Cannes, ¡pero qué quieres que te diga!

¿Qué ha sacado de la experiencia, además del lustroso futuro para The Artist?

Thierry Fremaux, el director del Festival de Cannes, me dijo el año pasado: "¿Por qué no te presentas para ser seleccionado en Cannes? Me encantaría que una película como la que estás preparando estuviera en competición". Seleccionar finalmente mi película, apostar por ella... Fremaux fue muy decidido al hacer algo así, cuando lo que se espera de Cannes no son precisamente comedias.

Toda una rara avisÉ

Tiene su lógica que fuera seleccionada, si se valora su forma y estética, pero no cuando uno se fija en la historia, porque se trata de una historia de amor muy naif y la gente puede extrañarse de que una película así ronde por el circuito de festivales. Creo que a la gente le gusta mucho la película porque es positiva, bonita, muy animada; es entretenimiento puro y duro, y no es habitual encontrar este tipo de trabajo en los festivales, sino justo lo contrario: largometrajes oscuros, dramas terminales, películas atormentadas. The Artist es una película sencilla, pero con cierta ambición estética. Pensé en ese momento en que la gente se acerca al cine y de repente se topa con una película muda, en blanco y negro, francesaÉ ¡Imagínate! Lo que he intentado es que el género saliera del gueto del cine mudo o del cine en blanco y negro. He intentado que sea una película seductora. Seducir con ella. Veremos si lo consigoÉ