La historia de Pierre Martínez, el protagonista del cómic Al noreste de Arzew, puede ser la de cualquier niño que vivió su infancia en Argelia y se hizo mayor en otro país obligado por la guerra que culminó con la independencia de esta colonia francesa. Sin embargo, la historia que se cuenta se apoya en muchas de las vivencias de Alain Bonet, de 68 años, nieto de alicantinos que emigraron a la Argelia francesa en la que él nació, y que creció de golpe tras abandonar su paraíso de la infancia.

Pierre Martínez tiene mucho de Alain Bonet y Alain Bonet es el suegro de Pacosales, dibujante valenciano que decidió crear una historia de viñetas a partir de los recuerdos que su suegro plasmó en un libro, Tout conte fait, ou la perte des racine, editado en Francia. Con la experiencia de Bonet y las ilustraciones en acuarela de Carlos Maiques, Pacosales elaboró un guión que la alicantina Edicions de Ponent acaba de sacar al mercado en forma de cómic de 180 páginas bajo el título de Al nordeste de Arzaw, que se presenta hoy en la librería Futurama de Valencia.

Dos años han tardado en concluir la historia de Pierre, "el arquetipo del niño pied-noir de origen español-alicantino", y de sus amigos Paul, judío-francés, y Bachir, musulmán, que convivían en el mismo pueblo, algo característico de esa época de mediados del siglo pasado. "Me interesaba que fuera, sobre todo, una historia de infancia y desarrollar unos personajes que evolucionaran desde la niñez a la adolescencia, aunque tengan la guerra de la independencia de Argelia detrás, que es la que les obliga a crecer y a ver que la vida avanza", apunta Pacosales, también profesor de Arte, que añade que, tras su primera novela gráfica, No callaré, "me apetecía centrarme en una historia larga, sobre niños y de época".

El cómic es el primero que se edita en España sobre la historia de los pied-noir que abandonaron Argelia con la independencia del país, de la que se cumplen 50 años en 2012. No obstante, Pacosales apunta que "no quería que la historia se centrara en la guerra de Argelia, sino en cómo se ve desde la óptica de los niños, que viven en un paraíso al que llega la violencia, con saltos adelante y atrás como se recuerda cualquier episodio de la infancia. Son tres niños de 6 años que viven en una playa perfecta de Argelia y que terminan con 14 años en un barrio gris de Lyon".

La principal preocupación de Pacosales era "que nadie se sintiese ofendido con la historia y que no fuera un homenaje a unos u otros. Yo tengo mi opinión, los franceses de Argelia tendrán la suya y los musulmanes, otra, pero los niños no juzgan y lo asimilan todo con otros ojos".

La inspiración de este cómic, Alain Bonet, considera que el libro ha quedado "como una obra maestra, muy bonito con la edición que se ha hecho", aunque aclara que no todo son recuerdos suyos, "pongamos que la mitad es real y la mitad es imaginario para ponernos en la piel de los niños, que no entienden de conflictos, ni de razas, ni de futuro y se ven envueltos en una guerra".

Bonet, cuyos abuelos emigrados a Argelia procedían de Torrevieja, Salinas y Guardamar del Segura, recuerda que huyeron de España hace más de un siglo "unos por el hambre, otros por desavenencias políticas y otros para eludir la Guerra de Cuba", mientras que a él la guerra de Argelia le hizo pasar de la placidez de la infancia a "tener que irme a Francia con 16 años y mis dos hermanas pequeñas, con lo puesto y sin un duro, mientras mis padres se quedaron pensando que todo se aclararía".

"Nunca pensamos en un porvenir más allá de la playa de Arzew", rememora Bonet, que volvió a Argelia años después "y no tenía nada que ver". Sin embargo, en el pueblecito francés al norte de Lyon al que llegó conoció "el amor, a la que hoy aún sigue siendo mi mujer, la vida es así".