Son sesenta años los que la Biblioteca Gabriel Miró cumplirá en 2012, convertida en todo un referente en el tema de humanidades. A lo largo de este tiempo ha ido incorporando a sus estanterías volúmenes, colecciones y, sobre todo, lectores y usuarios en su sede de la calle Ramón y Cajal de Alicante. Ahora, la incertidumbre planea sobre su futuro ante la incógnita que se cierne sobre la Obra Social CAM, organismo del que depende desde su creación.

Si el Ayuntamiento de Alicante, a través de su titular de Cultura, Miguel Valor, ya mostró hace años su disposición para asumir los fondos de esa biblioteca, ahora ha sido la Universidad de Alicante la que ha abierto las puertas del campus a ese conjunto bibliográfico. Y es que un grupo de profesores de la UA ha realizado una propuesta al equipo rectoral para que sea la institución académica la que gestione el usufructo de la Biblioteca Gabriel Miró.

El profesor Juan Antonio Ríos Carratalá es uno de los impulsores de esta iniciativa, a la que, sin embargo, el Rectorado aún no ha dado respuesta. "La biblioteca está en estado de coma, incluso este verano llegó a haber una sola persona". Según su opinión, "a quien se quede con la CAM le importará poco este catálogo que sin embargo es de primer orden desde el punto de vista académico, no económico, claro. Por eso hemos propuesto que la UA colabore para gestionar ese fondo".

Para Ríos Carratalá, lo ideal sería que el Ayuntamiento de Alicante lo acogiera como propio y que fuera la universidad la que gestionará su funcionamiento. "Para ello habría que pedir a quien finalmente se quede con la CAM que lo ceda porque suponemos que le interesará lo que es el edificio, el espacio, no el contenido".

Bajo su punto de vista, habría que llegar a un acuerdo "y que pasara a dependencias municipales". De esta forma, la gestión la podría asumir la Universidad de Alicante con lo que también ganaría un espacio en la ciudad".

De hecho, la propuesta realizada por el concejal Miguel Valor a la CAM pasaba por incorporar todo el fondo de la "Gabriel Miró" al edificio de la antigua Fábrica de Tabacos que aún espera su rehabilitación, para configurar en ese espacio la Biblioteca Central de Alicante. No obstante, el momento económico actual ha dejado en suspenso por ahora la posibilidad de que se recupere el citado inmueble, tal como asegura el edil. "El problema ahora para asumir esos volúmenes es el lugar dónde meterlos".

El valor de este fondo bibliográfico radica, según Ríos Carratalá, en que "abarca justo la fase anterior a la puesta en marcha de la universidad porque del tema de humanidades de antes de los 80 no tenemos nada, de esta manera se sumaría a la que tenemos y sería una biblioteca de primer orden". De hecho, "los técnicos de la UA han estado mirando y sería sencillo juntar los dos catálogos, no son incompatibles".

Dentro de un mes "se puede quedar cerrada con llave y nadie ha previsto nada", apunta. "El Rectorado no contesta y no sabemos cómo está el tema con la Concejalía de Cultura, esperemos que se puedan aunar fuerzas y que todo esto tenga un destino".

El próximo 27 de abril, la Biblioteca Gabriel Miró cumplirá 60 años tras su creación por la Caja de Ahorros del Sudeste, con un fondo inicial de 7.322 volúmenes. Entonces la sede estaba en la calle Rafael Terol y fue en 1972 cuando se trasladó a la actual, en Ramón y Cajal. El historiador Vicente Ramos fue su primer director y Rosa Monzó, la última, ya que ahora esa figura ha desaparecido. Anualmente son más de 100.000 personas las que pasan por estas instalaciones donde se ofrecen libros, pero también prensa, Cd, Dvd y archivos en Internet.

La Diputación apuesta por una fundación para preservar los legados

El futuro del Centro de Legados CAM, que acoge catorce fondos de otros tantos intelectuales y creadores alicantinos, es otro foco de incertidumbre. Tanto es así, que el pleno de la Diputación aprobó recientemente la propuesta de preservar ese fondo para su custodia y protección. "La Diputación se ha ofrecido, si llega el caso y si hubiera por parte de la CAM disponibilidad, para albergar un patrimonio que es de todos los alicantinos de la provincia y eso lo hemos manifestado tanto en público como en privado", asegura Juan Bautista Roselló, diputado de Cultura. Eso, destaca, "teniendo en cuenta que algunos legados tienen su sede propia", como la Casa-Museo Azorín de Monóvar o la Casa Modernista de Novelda. "En este momento de incertidumbre estamos muy preocupados por el Centro de Legados y creemos que una fórmula interesante sería la de crear una fundación, por parte de la propia Obra Social, de la que la Diputación podría ser uno de los patronos", afirma el diputado.