Muchos de los seguidores de REM siempre nos hemos preguntado qué se esconderá tras esos ojos infinitamente expresivos de Michael Stipe para engendrar letras tan «mágicas» como las que ha cultivado en su cuarto de siglo de carrera. Ayer (27 de mayo de 2005), en el Parque Antonio Soria de Torrevieja, cerca de veinte mil fieles de la banda de Athens pudieron contemplar esas dos ventanas que conducen a un universo lo más parecido a donde pensamos que residen los sueños.

Eran las 22.30 horas, cuando el líder del pop rock internacional Stipe, de rigurosa etiqueta y luciendo un antifaz azul pintado sobre su cara, salía al escenario acompañado de sus inseparables Mike Milles y Peter Buck. Fue este último el que, poniendo a prueba a su guitarra, comenzó la esperada velada de una manera rockera y oscura con "I took your name", uno de los temas que su formación grabó en 1991 para el disco «Monster». Parece que las cuerdas de Buck tenían ganas de una pequeña dosis de furia, ya que la banda decidió enlazar con la pista que abre este Lp, «What's the Frequency, Kenneth».

REM templó a todo el respetable con esta potente entrada para que pudieran aguantar otros 22 temas. El enorme escenario, decorado con parpadeantes luces que no dejaron de cambiar de color, contaba a los lados con dos pantallas que emitían unas elaboradas imágenes de la actuación.

Tras el prólogo sonoro era el momento de recordar otro trabajo. «¿Por qué no un temazo de "New Adventures?», debió preguntarse el grupo cuando Stipe, que se deshacía entre movimientos elegantes y estudiados a un lado y otro del escenario, entonó las primeras palabras del electrizante «Leave». También se escucharon canciones de su último disco, «Around the Sun», como «Electron blue» y «Leaving New York», donde la formación americana se posiciona frente al sistema político de su país. De hecho, Stipe declaró en esta primera visita a la provincia que se alegraba de estar en un país que hubiera aceptado el matrimonio entre homosexuales.

Los más mitómanos quedaron encantados. REM les regaló desde su gran primer single, «The One I love», hasta otros de sus grandes himnos como «Bad Day», «Imitation of life», el inesperado «Chinese Brothers», o, incluso, o el desorbitante «Losing my religion», con el que a más de uno se le fue la voz, e incluso, una pequeña pizca del alma.

Tampoco faltó «Eveybody hurts», canción que alcanzó como una flecha el corazón de las miles de personas que aunque emocionadas no se mostraron muy animadas a la hora de corear los temas de sus ídolos. Para acabar, sin sorpresas, «Man on the moon». No fue un sueño, REM tocó para nosotros.