El escritor y Premio Nobel Mario Vargas Llosa se ha mostrado confiado en la política que podría desarrollar el Partido Popular si gana las próximas elecciones generales:" El PP está más preparado para afrontar la crisis, aunque espero que no anule las reformas sociales".

Así lo ha afirmado en una entrevista que este martes publicará la revista Vanity Fair a la que ha tenido acceso Europa Press. A ese respecto, el escritor peruano está convencido de que tras el 20-N "habrá un cambio". "Y será bueno que lo haya. Un cambio de Gobierno va a ayudar creando ilusión. La crisis está afectando muchísimo a la realidad de las personas, no solo en su nivel de vida o en el aumento del paro. La gente ha perdido el optimismo y un cambio de Gobierno siempre inyecta esperanza", comenta.

Preguntado por la gestión del presidente Rodríguez Zapatero durante la crisis, el escritor lo tiene claro: "El balance va a ser muy negativo. La verdad es que su política en el campo económico ha estado marcada por el error, y eso ha tenido consecuencias", apunta recordando que el PP "tiene magníficas credenciales en ese aspecto" y que "es una injusticia" no reconocer los ocho años de una política económica "magnífica" que dejó a España en una "posición envidiable" con José María Aznar.

Sin embargo, Vargas Llosa confiesa que hay otros aspectos del PP con los que no se identifica. "Son más conservadores que liberales en lo social y espero que no quieran anular las reformas sociales, sobre todo en el campo de la mujer o de las parejas gays. Mi esperanza es que eso no dé marcha atrás porque ha supuesto un progreso muy importante", asegura.

Respecto al movimiento del 15-M, el premio Nobel señala que su principal crítica a este movimiento viene desde la institucionalización de las acciones: "Si queremos que las cosas marchen mejor debemos participar, no salirnos del sistema. Ellos tienen muchas razones para indignarse pero es importante que la indignación se canalice a través de las instituciones. Yo he conocido la otra España, la que todavía era una dictadura. Y la diferencia es como entre cielo e infierno".

En estas declaraciones también tiene palabras para el ex director del Fondo Monetario Internacional: "Strauss-Kahn es un canalla, no tiene otro término. Y me indigna que en Francia y en otros lugares y para ciertos medios de comunicación se convirtiera en una especie de héroe o en una víctima", afirma con contundencia.

Y sobre su faceta política señala: "Una de las cosas que aprendí haciendo política es que no soy político. No tengo la vocación ni la actitud. Fue una experiencia enriquecedora pero desagradable".