El realizador Enrique Urbizu compite por la Concha de Oro en el 59 Festival de San Sebastián con No habrá paz para los malvados, un thriller oscuro, violento y demoledor en el que sobresale el trabajo de José Coronado, y donde se analiza, "sin sacar conclusiones", cómo pudo ocurrir el 11-M.

En este sentido, el director vasco ha reconocido que creó a Santos Trinidad, el policía corrupto y acabado, que es el alma de la película, pensando en José Coronado, con el que ya trabajó en La vida mancha (2003) y La caja 507 (2002).

Santos Trinidad, un policía que repele desde el primer fotograma física y moralmente, es un ser "que solo quiere salvar su culo, pero de repente se encuentra con algo mucho más complejo", detalla Coronado.

No habrá paz para los malvados, título que el director ha tomado de un versículo del libro de Isaías, es un relato "imparable" que no tiene tiempo de explicar qué le ha pasado a Santos Trinidad, cómo ha llegado a ser el desecho de persona que es, "eso sería otra película", sugiere Urbizu.

Por otro lado, la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, entregó ayer el Premio Nacional de Cinematografía al director de cine Agustí Villaronga, reivindicando la salud del cine español en un discurso en el que agradeció al cineasta el compromiso político de su cine, siempre "cargado de advertencias".

En un acto que tuvo lugar en el museo donostiarra de San Telmo, coincidiendo con la celebración del 59 Festival de Cine de San Sebastián, la ministra hizo entrega del galardón a un emocionado Villaronga, que destacó "las vueltas que da la vida" para que un realizador como él, considerado "de culto", reciba este premio."Si me hubieran dicho hace unos años que iba a recibir un premio de este calibre, hubiera pensado que era ciencia ficción", dijo Villaronga, mientras González-Sinde aseguraba que el galardón "era inevitable".

"No solo es admirado por sus compañeros del gremio, sino que también le quieren miles de espectadores", indicó González-Sinde.

"Es hora de retomar mi oficio"

La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, señaló ayer en San Sebastián que da por terminado, con el fin de esta legislatura, su periplo político y manifestó que "es hora de retomar" su oficio como cineasta, si bien amplió las posibilidades a "la literatura o el teatro".

"Tengo dos años de incompatibilidad por ley y en ese tiempo sería bueno reflexionar, escribir y probar suerte en otros ámbitos, como la literatura o el teatro", apuntó. "Hace mucho tiempo que comuniqué al presidente (José Luis Rodríguez Zapatero) y al candidato que estaba en disposición de colaborar y de apoyar, pero que mi periodo en política lo doy por concluido", desveló la ministra.