El realizador José Antonio Escrivá pisó ayer Ciudad de la Luz por primera vez como nuevo director general del complejo, cuyo nombramiento se hizo oficial al incorporarse ayer a la reunión del consejo de administración de la empresa pública, en el que también se agradecieron "los servicios prestados" a la anterior directora, Elsa Martínez.

La llegada de Escrivá a Ciudad de la Luz, sin embargo, estuvo exenta de imágenes y declaraciones a la prensa. Ni siquiera hubo convocatoria a los medios de comunicación y el nuevo director ya ha advertido de que no concederá entrevistas hasta dentro de unos días. Tan sólo hubo una nota de prensa del Consell para dar fe de que estuvo allí, aunque nadie sabe siquiera si se instalará en Alicante, ya que hasta la fecha vivía en Madrid. Una cuestión que, hasta ayer, preocupaba en Ciudad de la Luz, ya que los dos anteriores responsables sí residían en Alicante.

Escrivá, que dimitió como director de la Mostra de Cine de Valencia por haber contratado servicios por valor de 6.000 euros con una empresa de su propiedad en el año 2005, se pone ahora al frente de un organismo que arrastra una deuda de 190 millones de euros y sobre cuyo futuro planea su privatización.

Si días antes, cuando se conoció la sustitución de Martínez por Escrivá, hubo gente en Ciudad de la Luz que se echó las manos a la cabeza y que dudaba de que alguien precedido por la polémica debido a irregularidades en la gestión del festival valenciano -reconocidas en su momento por el Ayuntamiento de Valencia y por él mismo- se pusiera al frente de los estudios alicantinos, ayer nadie quiso dudar de su voluntad para sacar adelante el complejo, aunque algunos piensen que se trate de un director de transición antes de dejar Ciudad de la Luz en manos privadas.

Justo el día de antes, la consellera de Turismo, Cultura y Deportes, Lola Johnson, apuntaba en su comparecencia en las Cortes Valencianas que el Consell apostaba por lograr una "mayor rentabilidad" del complejo cinematográfico y afirmaba por vez primera que no se descartaba la entrada de capital privado, al igual que sucedió en Terra Mítica.

Pero nada de ello fue avanzado ayer por el recién nombrado responsable de Ciudad de la Luz, ni siquiera a los trabajadores. Escrivá, que mantuvo una breve reunión con una veintena de empleados antes de participar en el consejo de administración, intentó trasladar un mensaje positivo a pesar de la situación delicada de los estudios pero no hizo referencia alguna a una posible privatización, ni al supuesto ERE que se rumorea se haría en menos de un año, ni al conflicto judicial con Aguamarga, la empresa que gestiona los estudios, que ha sido determinante para la salida de Martínez. Fuentes del complejo indicaron ayer que, por el contrario, Escrivá se mostró afable e ilusionado con el reto de dirigir Ciudad de la Luz y manifestó sus ganas de aprender de todo el equipo.

El nuevo director general vino acompañado a Ciudad de la Luz del secretario autonómico de Turismo y Proyectos Estratégicos, Luis Lobón; del director general de Proyectos Estratégicos, Eusebio Monzó, y de Nicolás Figueras, director de la Sociedad proyectos Temáticos.

Durante la reunión de ayer, según se indica en la escueta nota remitida por la Conselleria de Cultura, el consejo "ha decidido hacer una mención expresa a la anterior directora, Elsa Martínez, para agradecerle los servicios prestados y la energía y el tiempo dedicados a este proyecto".

El comunicado se limita a reconocer los méritos profesionales de Escrivá sin hacer mención a su pasado en la Mostra. Eso sí, recuerdan que "es un reconocido profesional de la industria audiovisual con una larga trayectoria en la realización y en la dirección cinematográfica". También se destaca que el realizador, nacido en Madrid en 1952, ha recibido varios galardones a lo largo de su carrera, entre otros dos Goya de la Academia de Cine y varios premios por las series que ha dirigido, entre ellas Manos a la obra, El botones Sacarino, Arroz y tartana, Cartas a Sorolla y la miniserie Flor de mayo. También ha dirigido y escrito el musical Bienvenido Mister Marshall, basado en la película de Berlanga.

José Luis Cuerda rodará en unas semanas en los estudios alicantinos

José Luis Cuerda, que rueda estos días en Galicia Todo es silencio, su largometraje número once, vendrá en unas semanas a los estudios alicantinos para completar el rodaje de la película, producida por Gerardo Herrero, quien por otra parte, desmintió que tuviera intención alguna de capitanear una propuesta para gestionar el complejo cinematográfico, como sugirieron hace unos días algunos medios tras la salida de Elsa Martínez. "Bastante tengo con producir mis películas", zanjó Herrero.

Cuerda retrata en su película a un pueblo rendido al narcotráfico a través de una historia de personas que "aún tienen en consideración al otro". En una jornada del rodaje en la localidad coruñesa de Carnota, a la que asistió Efe, el director de Amanece que no es poco explicó que la película habla de amor -"amor sí, pero durito", puntualiza el cineasta-, con la supervivencia de todo un pueblo como trasfondo y su sumisión, deliberada o no, al narcotráfico.

"Es una historia de amor en una zona rural donde las cosas son crudas, son fastidiosas", señala Cuerda, y también una película de personajes muy complejos. "Nunca -añade el responsable de Los girasoles ciegos, La lengua de las mariposasEl bosque animado- me he encontrado con personajes tan poliédricos, que tengan más facetas y donde esté menos claro que las cosas se haga por una razón: todos tienen entre cinco y siete razones para decir, callar o hacer".

También es una historia de amor a tres, dos amigos de la infancia, Brinco (Miguel Ángel Silvestre, Sin tetas no hay paraíso) y Fins (Quim Gutiérrez, Primos), y una mujer, Leda (Celia Freijeiro, Pelotas). Juntos se han dedicado desde pequeños a explorar la costa en busca de lo que el mar arroje, sin saber que su destino está ligado a capo Mariscal (Juan Diego). A. P./ EFEa coruña