Uno de los rostros más populares de la pequeña y gran pantalla. Ana Milán, modelo, presentadora y actriz alicantina, ha publicado recientemente el libro Sexo en Milán (Ediciones MR). Una obra "de chicas, para chicas, que deberían leer los chicos", en el que colaboran otras caras conocidas del mundo de la farándula como Imanol Arias, Santi Millán, Malú o Patricia Conde, entre otros. Sexo en Milán versa sobre el amor, la pareja y las relaciones entre las mujeres y hombres, a veces tan sencillas y casi siempre tan complicadas. Y todo bajo el punto de vista de Ana Milán, la dura profesora de la controvertida Física o Química, que ahora rueda la adaptación de nuestro best seller español: El tiempo entre costuras, de María Dueñas.

Le leo una frase de la escritora Isabel Allende que aparece en su libro Afrodita. Dice en alusión al sexo: "El viernes se supone que es el día de la mujer, los otros seis pertenecen al hombre". ¿Qué le dice?

Nunca me atrevería a contradecir a Isabel Allende, porque me parece una maga de las palabras que a mí me ha hecho soñar con la Literatura. Pero, personalmente, los siete días de las semana deberían ser los siete días de la pareja.

¿Sigue siendo útil regalar un bonito ramo de flores, o queda uno mejor si le regala un iPhone o un iPad?

Sigue siendo útil y bonito regalar un ramo de flores. Absolutamente. Más que útil. De hecho, si te soy sincera, hace escasa media hora me han regalado una orquídea. Y no me cabe la sonrisa en el cuerpo.

Lo decía porque en estos tiempos en los que vivimos obsesionados por las nuevas tecnologías, parece que uno queda mejor regalando un iPhone...

Depende también del momento. Pero el iPhone, aunque puede ser un regalo maravilloso, nunca va a causar el mismo efecto que un ramo de flores.

¿Es la risa un excelente afrodisíaco?

La risa es el afrodisíaco por naturaleza. Y nada es tan sexy en un hombre como la sonrisa, o una mujer que haga reír. La risa es un afrodisíaco, de liberación lenta, y que puede durar toda una vida. Porque alguien que te hace reír puede hacerte feliz toda la vida. No importa que haya cogido tres kilos, que le hayan salido algunas arrugas... La risa lo repara todo.

La ciencia ha probado que el deseo amoroso empieza por la nariz, por las feromonas... ¿Cree en ello o es pura teoría científica?

He de reconocer que el olfato para mí sí tiene un sentido muy erótico. Porque si el que te gusta huele... al final es como la comida, que no te apetece probarlo. Porque te digo otra cosa, además, la mezcla del perfume de un hombre con su piel... es super erótico.

¿Cree en el amor a primera vista?

Yo creo en el amor a primera vista y, si no te ha sucedido, tienes que volver a pasar delante de él. (Risas) Sobre todo creo en la atracción a primera vista. Porque el amor... el amor son palabras mayores que, en primer lugar, te tiene que encantar el chico o chica y, en segundo punto, te tiene que seguir encantando. En el amor se necesita más tiempo.

¿O más trabajo por parte del chico?

¿Trabajo? ¡En absoluto! Se trata de que te conquisten, porque eso es otra parte del amor, lo bonito de saber conquistar. Si la gente se diera cuenta de lo bonito que es una cena romántica, una nota escondida en una chaqueta antes de que se vaya al trabajo, cocinar la pareja los dos juntos... Son cosas que alegran nuestra vida.

¿Y es más sexy un hombre que sabe cocinar?

Más sexy no, pero más útil sí. (Risas)

¿Música clásico o música rock para tener sexo?

Ufff. (Se queda pensativa). Sí, música también, pero... ¿Sabes una cosa? Es que aquí mi marido y yo tenemos un problema, porque no coincidimos en ningún gusto musical. Es casi una tragedia. Pero hay músicas que nada más escuchar te incitan al sexo, claro.

Que un chico o una chica le recite una poesía a su pareja... ¿Es una cursilería o un buen comienzo para una noche pasional?

A mí me da un poco de pereza. En mi caso, muy bien lo tiene que hacer para que no me dé la risa. No me atrevería a criticarlo, ojo, porque cada uno es cada uno con sus cosas. Pero yo, uf, me daría un poco de risa. La poesía es un acto muy íntimo. Pero aplaudo también a los hombres que hayan tenido las santas narices de recitarle una poesía a sus parejas. ¡Olé sus huevos!

¿Qué ocurriría si pudiéramos los hombres leer las mentes de las mujeres, como en esa película de Mel Gibson titulada En qué piensan las mujeres?

Bueno, bueno... sería una guerra mundial. Acabaríamos fatal. Y los hombres acabarían bastante acomplejados, la verdad. No, no, prefiero que no sea así.

Estamos hablando de todo pero... ¿Puede recomendarle el libro a un amigo, quiero decir, a los hombres?

Te lo contesto con una situación. Ha habido un montón de chicos que, en la presentación del libro, me han dado las gracias porque, según me dijeron, "ahora empiezo a enterarme de qué va la cosa".

¿Y su marido le ha dado la razón?

Mi marido se sabe el libro de memoria. Y le encanta. "Hacía falta que a los hombres nos lo contaran así de claro", me ha dicho muchas veces. Porque, que yo sepa, no tenéis ninguna bola de cristal.