Decir que el órgano de la Concatedral de San Nicolás suena a hueco no resulta nada descabellado. Desde el pasado mes de mayo, el instrumento se encuentra desmontado en su totalidad para proceder a su recuperación íntegra, de manera que quien se acerque ahora al templo alicantino verá desde abajo únicamente la fachada de la caja del órgano, la más antigua de la Comunidad Valenciana y una de las más históricas de España, fechada a finales del siglo XVI.

El organero y organista Andrés Tafalla es el encargado de acometer esta paciente y laboriosa tarea, que espera tener finalizada para la festividad de la patrona, el 6 de diciembre. Y es que tras el desmontaje de todas las piezas del órgano, habrá que proceder a la revisión total, la limpieza, la sustitución de las partes desaparecidas -caso de fuelle y del pedalero-, la colocación y, lo que es más trabajoso, "la armonización y la afinación" para que vuelva a sonar en óptimas condiciones.

De momento, son 1.623 tubos, unos de cinc, otros de acero inoxidable y otros de madera, los que permanecen fuera de su lugar, apilados en los muros de la primera planta de la concatedral. Los más grandes, de 5 metros de longitud, con un sonido grave similar al de trompas tibetanas, y los más pequeños de dos centímetros, que son los más agudos. También se han desmontado los dos teclados, con 51 notas cada uno. Precisamente los teclados -el original está chapado en hueso- se están limpiando y restaurando en el taller "ya que tienen carcoma".

El órgano de San Nicolás no se sometía a ninguna reparación desde 1993, aunque en ese caso fue una intervención parcial. Entonces volvió a sonar y lo hizo hasta 2006. Ese año, con motivo de la exposición de la Luz de las Imágenes en Alicante, se procedió a la consolidación de la estructura del suelo, ya que estaba cediendo y hubo que desmontar parte del instrumento. "Se hizo una estructura nueva de hierro para la sujeción y reforzar la base porque estaba en estado ruinoso, pero no se tocó el órgano, aunque fue necesario desmontar algunas partes", asegura el párroco del templo, Ramón Egío.

Precisamente en esta intervención, los muros de la concatedral se limpiaron con arena a presión, de manera que, aunque el órgano se cubrió, "hemos sacado cien kilogramos de arena de su interior", apunta Tafalla, que ha recuperado ya más de un instrumento de estas características en la provincia. "El problema es que ha pasado por la invasión de los franceses, dels ingleses, por la Guerra Civil... todo eso ha hecho que desaparecieran muchos tubos y partes originales, así que demasiado bien está". A esto se añade, según el organero, que "las restauraciones que se han hecho en el pasado dejan mucho que desear, en realidad lo que se ha ido haciendo en esas intervenciones es poner parches".

Estos trabajos de recuperación del órgano de San Nicolás están siendo financiados por el Cabildo, la parroquia y donaciones de particulares.

Ahora el objetivo es que esté listo para el 6 de diciembre, fecha en la que Ramón Egío espera que pueda sonar como se merece el templo. "Estamos en contacto con organistas de primera talla para el concierto inaugural", afirma. Para el futuro, el objetivo es poder limpiar y restaurar la caja renacentista del órgano.